ROSARIO DE LAS LÁGRIMAS
A MARÍA SANTÍSIMA
A MARÍA SANTÍSIMA
Nuestra Señora prometió que concedería siete gracias a
aquellas almas que la honren y acompañen diariamente, rezando siete Ave Marías
mientras meditan en sus lágrimas y dolores:
1
Pondré paz en sus familias.
2
Serán iluminados en los Divinos Misterios.
3
Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
4
Les daré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino
Hijo y a la santificación de sus almas.
5
Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los
protegeré en todos los instantes de sus vidas.
6
Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su
Madre.
7
He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen esta devoción (a mis
lágrimas y dolores) sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad
eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo
seremos “su Eterna consolación y alegría”.
Según San Alfonso María Ligorio, Nuestro Señor reveló a
Santa Isabel de Hungría que El concedería cuatro gracias especiales a los
devotos de los dolores de Su Madre Santísima:
1. Aquellos que antes de su muerte invoquen a la
Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de
todos sus pecados.
2. Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que
recuerden esta devoción y los protegerá muy especialmente a la hora de su
muerte.
3. Imprimirá en sus mentes el recuerdo de Su Pasión y
tendrán su recompensa en el cielo.
4. Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a
fin de que les obtenga todas las gracias que quiera derramar en ellas.
Meditar los siete Dolores de Nuestra Madre Santísima es
una manera de compartir los sufrimientos
más hondos de la vida de María en la tierra.
La fiesta de Nuestra Señora de los Dolores se celebra el
15 de septiembre, al día siguiente de la Exaltación de la Santa Cruz al pie de
la Cruz, donde una espada de dolor atravesó el corazón de María, Jesús nos
entregó a Su Madre como Madre nuestra poco antes de morir. En respuesta a esta
demostración suprema de Su amor por nosotros, digamos cada día de nuestras
vidas: "Sí, Ella es mi Madre. Jesús, yo la recibo y Te pido que me prestes
Tu Corazón para amar a María como Tú la amas."
La hermana Amalia
Historia de rosario
La Hermana Amalia Aguirre fue una monja piadosa que vivió en Brasil. Junto con Monseñor Conde Francisco Von Campos Barreto, obispo de la Diócesis de Campiñas, fundaron un instituto en Campiñas, Brasil. Su convento fue llamado el Instituto de los Misioneros De Jesús Azotado. Teniendo los estigmas de Cristo, la Hermana Amalia estaba destinada a ser una “alma víctima” por los más necesitados, acorde con su naturaleza generosa.
El 8 de Noviembre de 1929, un pariente de la Hermana Amalia se le acercó en necesidad de ayuda. Su esposa estaba enferma en etapa terminal y su familia en gran sufrimiento. Según los médicos, la condición de su cónyuge era incurable. Sin saber que hacer o lo que Dios esperaba de él, acudió a la Hermana Amalia, su última esperanza. La Hermana Amalia se sintió obligada a ayudarlo de cualquier manera posible y se dirigió a nuestro Divino Salvador.
La Hermana Amalia entró en la casa de Dios y se arrodilló ante el altar, entonces extendió sus brazos hacia Jesús y preguntó, “Si no hay esperanza para la esposa de T…, entonces estoy dispuesta a ofrecer mi vida por la Madre de esa familia. ¿Qué quieres que yo haga?”
Jesús contestó, Si deseas recibir estos favores, pídemelo por las “Lágrimas de Mi Madre.”
La Hermana Amalia además, preguntó “¿Cómo debo rezar?”
Al responder, Jesús le dijo las invocaciones siguientes:
“¡Oh Jesús, escucha nuestras oraciones por Las Lágrimas de Tu Madre Santísima! Oh Jesús, mira las lágrimas de aquella que te amó más en la tierra y te ama más fervorosamente en el cielo!”
Finalmente, Jesús agrega, “Mi hija, cualquier ruego que la gente me haga por Las Lágrimas de mi Madre, Yo se los concederé con amor.
Después, mi Madre extenderá este tesoro a nuestro amado Instituto como un Imán de Misericordia.”
Esto tuvo lugar el 8 de Noviembre de 1929.
Exactamente cuatro meses después de esta fecha, Jesús cumplió su promesa a la Hermana Amalia. Como la profecía predijo, la Santísima Virgen María otorgó este tesoro al Instituto amado del Cielo. Los siguientes son recuerdos de la Hermana Amalia de lo ocurrido.
Fue el 8 de Marzo de 1930. Yo estaba en la capilla arrodillada sobre los escalones del altar, cuando de repente sentí ser levantada.
Entonces vi a una mujer de belleza indecible acercarse a mí. Llevaba una túnica violeta, manto azul y un velo blanco cayendo alrededor de sus hombros.
Sonriente, ella flotaba en el aire hacia mí, sosteniendo un rosario en las manos, que ella misma llamó “corona” (es decir, rosario circular).
Sus cuentas brillaban como el sol y eran tan blancas como la nieve.
Entregándome este rosario Ella me dijo: “Este es el rosario de mis Lágrimas, que ha sido encomendado por mi hijo a su amado Instituto como una parte de su herencia. Las invocaciones ya fueron dadas por mi hijo. Mi hijo quiere honrarme en una forma especial a través de estas invocaciones, y por lo tanto, otorgará todas las gracias a los que se lo rueguen por el bien de la devoción de mis Lágrimas.
Este rosario proporcionará la conversión de muchos pecadores, especialmente los poseídos por el diablo. El Instituto de Jesús Azotado está reservado un honor especial, que es la conversión de muchos miembros de una secta malvada en el árbol floreciente de la iglesia. A través de este rosario el diablo será vencido y se destruirá el poder del infierno. ¡Prepárate para esta gran batalla!”
Cuando nuestra Santísima Madre María hubo terminado de hablar, desapareció.
Hoy contamos con todos los eventos referentes a las apariciones en Campiñas acerca de la Hermana Amalia a través de la documentación que se consiguió en Alemania y recopilada en un panfleto titulado “Nuestra Querida Señora de Las Lágrimas.”
El Obispo Francisco Von Campos Barreto aseguró que con el uso de la medalla de “Nuestra Querida Señora de Las Lágrimas, innumerables conversiones han tomado lugar en Brasil así como en muchos otros países. “Innumerables Gracias han sido recibidas a través del rezo del rosario en honor a Las Lágrimas de nuestra querida Virgen María. La razón estriba en la promesa del Santo Salvador, no se rechazará ningún favor, cuando sea pedido por Las Lágrimas de su Madre Santísima.”
Cuando nuestros corazones están llenos de dolor y sufrimiento, dirigimos nuestros pensamientos a Dios. Somos capaces ablandar el corazón de Dios, a través de Las Lágrimas de su Madre Santísima, no obstante Él está siempre listo para darnos bendiciones y gracias abundantes.
“Actualmente, por lo que a nosotros nos parece, Las Benditas Lágrimas de la Madre de Jesús son especialmente poderosas para ganar el corazón de Dios.” – Monseñor Conde Francisco Von Campos Barreto, Obispo de la Campiñas.
†
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Incontables favores se han recibido ya por la recitación del Rosario en honor de las lágrimas de Nuestra Señora; la razón de esto es la promesa de Jesús “Que no negara lo que se le pida por las lágrimas de su Santísima Madre” presenta tu petición _________
ACTO PENITENCIAL
Señor mío, Jesucristo, me
arrepiento profundamente de todos mis pecados. Humildemente suplico Tu perdón y
por medio de Tu gracia, concédeme ser verdaderamente merecedor de Tu amor, por
los méritos de Tu Pasión y Tu muerte y por los dolores y lágrimas de Tu Madre
Santísima. Amén.
ORACIÓN:
Oh Jesús crucificado, nos
postramos a tus pies y te ofrecemos las lágrimas de tu Santísima Madre, quien
con profundo amor lleno de compasión te acompañó en tu doloroso camino de la
cruz. O buen Maestro, concédeme que lleve al corazón las lecciones que las
lágrimas de tu Santísima Madre nos enseñan, para que podamos cumplir tu Santa
Voluntad en la tierra, para que podamos ser dignos de alabarte y exaltarte en
el Cielo por toda la eternidad. Amen.
Primer Dolor.
La Profecía de Simeón.
Meditemos
el dolor que tuvo María, del conocimiento de los sufrimientos de Jesús
anticipadamente. (Pausa....)
Madre mía, por el dolor
que tuviste al presentar al templo a tu divino Hijo, cuando Simeón te profetizó
que una espada de dolor traspasaría tu corazón, te ruego me concedas purificar
el mío en la penitencia para que puedas presentarlo a Dios en la Eternidad.
- Amadísima Madre, concédeme
la virtud de la humildad y el don de la sabiduría. (Ave María....)
En lugar del Padre Nuestro se dirá:
V. Oh
Jesús, mira las lágrimas de quien tanto te amó en la Tierra,
R. Y
que te ama ahora, aún más ardientemente en el Cielo.
En lugar del Ave María se dirá (7 veces):
V. Oh
Jesús, oye nuestras Oraciones,
R. Por
las lágrimas de tu Santísima Madre la Virgen María.
Gloria.....
Gloria.....
Segundo Dolor.
La Huida a Egipto.
Meditemos
los dolores de María durante el exilio, la persecución de Herodes, el dolor por
la muerte de inocentes. (Pausa...)
Madre mía, por el dolor
que tuviste huyendo a Egipto con tu Hijo, dígnate concederme el firme y
constante propósito de huir de las ocasiones de pecar.
- Amadísima madre, concédeme la virtud de la liberalidad, principalmente con los pobres y el don del entendimiento. (Ave María....)
- Amadísima madre, concédeme la virtud de la liberalidad, principalmente con los pobres y el don del entendimiento. (Ave María....)
En lugar del Padre Nuestro se dirá:
V. Oh
Jesús, mira las lágrimas de quien tanto te amó en la Tierra,
R. Y
que te ama ahora, aún más ardientemente en el Cielo.
En lugar del Ave María se dirá (7 veces):
V. Oh
Jesús, oye nuestras Oraciones,
R. Por
las lágrimas de tu Santísima Madre la Virgen María.
Gloria.....
Gloria.....
Tercer Dolor.
La Pérdida del Niño Jesús en Jerusalén por tres días.
Meditemos
los dolores de María en su corazón de madre buscando a su Hijo. (Pausa....)
Madre mía, por el dolor
que tuviste al perder al Niño Jesús, concédeme que cuando yo lo pierda
desgraciadamente por el pecado, lo busque con empeño y dolor hasta encontrarlo
en el Santísimo Sacramento.
- Amadísima Madre, concédeme la virtud de la castidad y el don del consejo. (Ave María....)
- Amadísima Madre, concédeme la virtud de la castidad y el don del consejo. (Ave María....)
En lugar del Padre Nuestro se dirá:
V. Oh
Jesús, mira las lágrimas de quien tanto te amó en la Tierra,
R. Y
que te ama ahora, aún más ardientemente en el Cielo.
En lugar del Ave María se dirá (7 veces):
V. Oh
Jesús, oye nuestras Oraciones,
R. Por
las lágrimas de tu Santísima Madre la Virgen María.
Cuarto Dolor.
Jesús cargando la cruz.
Meditemos los dolores de
María, sobre las torturas de Jesús en la flagelación, en la coronación de
espinas, en el sufrimiento por la llaga en el hombro, en las caídas, y en el
despojo de sus vestiduras. (Pausa...)
Por el dolor que tuviste,
Madre mía, al ver a tu Divino Hijo cargando con la Cruz que le pusieron mis
pecados, dame tu gracia para no hacer más pesada la carga de mi Jesús con
nuevas culpas.
- Amadísima Madre, concédeme la virtud de la paciencia y el don de la fortaleza. (Ave María....)
- Amadísima Madre, concédeme la virtud de la paciencia y el don de la fortaleza. (Ave María....)
En lugar del Padre Nuestro se dirá:
V. Oh
Jesús, mira las lágrimas de quien tanto te amó en la Tierra,
R. Y
que te ama ahora, aún más ardientemente en el Cielo.
En lugar del Ave María se dirá (7 veces):
V. Oh
Jesús, oye nuestras Oraciones,
R. Por
las lágrimas de tu Santísima Madre la Virgen María.
Quinto Dolor.
La Crucifixión de Jesús, su agonía y muerte.
Meditemos
sobre los dolores de María en este abismo de sufrimientos, sus tres horas de
agonía y la lanzada en su costado. (Pausa...)
Por el dolor que te causó
la crucifixión de tu Divino hijo, concédeme, madre mía, que venza mis pasiones
y acepte, por amor a Cristo, las cruces que se digne enviarme; concédeme la
gracia para sufrirlas con paciencia y resignación.
- Amadísima Madre, concédeme la virtud de la templanza y el don de la ciencia. (Ave María....)
- Amadísima Madre, concédeme la virtud de la templanza y el don de la ciencia. (Ave María....)
En lugar del Padre Nuestro se dirá:
V. Oh
Jesús, mira las lágrimas de quien tanto te amó en la Tierra,
R. Y
que te ama ahora, aún más ardientemente en el Cielo.
En lugar del Ave María se dirá (7 veces):
V. Oh
Jesús, oye nuestras Oraciones,
R. Por
las lágrimas de tu Santísima Madre la Virgen María.
Sexto Dolor.
María recibe el cuerpo sin vida de su Hijo en sus brazos.
Meditemos los sentimientos de María en esos
momentos. (Pausa....)
Madre mía, por el inmenso
dolor que te causo recibir en tus santos brazos el Cuerpo exánime de tu hijo
Divino, concédeme, te lo ruego, que cuando se digne venir a mi corazón, lo
reciba yo con las debidas disposiciones y que jamás lo profane comulgando
indignamente.
- Amadísima Madre, concédeme la virtud de la caridad y el don de la piedad. (Ave María....)
- Amadísima Madre, concédeme la virtud de la caridad y el don de la piedad. (Ave María....)
En lugar del Padre Nuestro se dirá:
V. Oh
Jesús, mira las lágrimas de quien tanto te amó en la Tierra,
R. Y
que te ama ahora, aún más ardientemente en el Cielo.
En lugar del Ave María se dirá (7 veces):
V. Oh
Jesús, oye nuestras Oraciones,
Séptimo Dolor.
Jesús es llevado a la tumba.
Meditemos
los Sufrimientos de María hasta el momento de la Resurrección. (Pausa...)
Madre mía, por el dolor
que sufriste cuando tu Divino Hijo fue sepultado, concédeme la gracia de que no
muera yo sin antes haber sepultado en el abismo de una buena confesión hasta el
último de mis pecados, para que seas Tú, mi amorosísima Madre, quien me
conduzca ante la infinita Misericordia de tu Hijo Jesús.
- Amadísima Madre, concédeme la virtud de la diligencia y el don del santo temor de Dios (Avemaría....)
- Amadísima Madre, concédeme la virtud de la diligencia y el don del santo temor de Dios (Avemaría....)
En lugar del Padre Nuestro se dirá:
V. Oh
Jesús, mira las lágrimas de quien tanto te amó en la Tierra,
R. Y
que te ama ahora, aún más ardientemente en el Cielo.
En lugar del Ave María se dirá (7 veces):
V. Oh
Jesús, oye nuestras Oraciones,
Al
finalizar los misterios:
Las Tres Lagrimitas.
V. Oh
Jesús, mira las lágrimas de quien tanto te amó en la Tierra,
R. Y
que te ama ahora, aún más ardientemente en el Cielo. (X 3 veces)
Oración final
Oh María, Madre del Amor,
del dolor y de la compasión, te rogamos que unas nuestras oraciones con las
tuyas, para que Jesús, tu Hijo Divino a Quien invocamos, oiga nuestras
súplicas en nombre de tus lágrimas Maternales, y nos concedas no solo los
favores que te pedimos ahora sino también la corona de la Vida Eterna. Amén.
- Con tus lágrimas, oh Madre
dolorosa, destruye el Reino de Satanás.
A través de tu divina
humildad, oh Jesús atado y encadenado, defiende el mundo de los errores que le
amenazan. Amén.
INTENCIONES POR EL SANTO PADRE:
Santísima Madre: colocamos
en tu Corazón Inmaculado, el valor de la indulgencia plenaria que la Iglesia
nos permite ganar con el rezo del Santo Rosario, orando por las intenciones del
Romano Pontífice y las de la Santa Madre Iglesia.
(1 Padre Nuestro, 1 Ave María Y 1 Gloria).
V/ Cristo reina, Cristo vence, Cristo sana, Cristo libera.
R/ Por las lágrimas de su Madre Santísima báñanos por dentro y por fuera (3 veces)
LETANÍA DE LOS DOLORES
A MARÍA SANTÍSIMA
(Esta letanía fue escrita
por Pío VII durante su destierro, el mismo Papa concedió indulgencia plenaria a
los que rezaran en viernes).
1.Señor Ten piedad de Nosotros
2.Cristo Ten piedad de Nosotros
3.Señor Ten piedad de nosotros
4.Cristo Óyenos
5.Cristo Escúchanos
6.Dios Padre
Celestial
R. TEN PIEDAD DE NOSOTROS
R. TEN PIEDAD DE NOSOTROS
7.Dios Hijo redentor del
mundo
8.Dios Espíritu Santo
9.Trinidad Santa que eres
un solo Dios
10.Santa María R. RUEGA POR NOSOTROS
11.Santa Madre de Dios
11.Santa Madre de Dios
12.Santa Virgen de las
Vírgenes
13.Madre Crucificada
14.Madre de los Dolores
15.Madre bañada en lágrimas
16.Madre afligida
17.Madre abandonada
18.Madre Desolada
19.Madre privada de su
hijo
20.Madre traspasada con
una espada
21.Madre llena de
angustias
22.Madre clavada con el
corazón en la cruz
23.Madre llena de tristezas
24.Fuente de lágrimas
25.Abismo de tribulaciones
26.Espejo de paciencia
27.Roca de constancia
28.Ancora de confianza
29.Refugio de los
abandonados
26.Escudo de los oprimidos
27.Triunfadora de los
incrédulos
28.Alivio de los
desdichados
29.Remedio de los enfermos
30.Fuerza de los débiles
31.Puerto de los náufragos
32.Calma de las
tempestades
33.Recurso de los
afligidos
34.Terror de los Malvados
35.Tesoro de los fieles
36.Ojo de los profetas
37.Sostén de los Apóstoles
38.Corona de los Mártires
39.Luz de los confesores
40.Consuelo de las viudas
41.Cordero de Dios que
quitas el pecado del mundo. Perdónanos
Señor.
42.Cordero de Dios que
quitas el pecado del mundo. Escúchanos
Señor.
43.Cordero de Dios que
quitas el pecado del mundo. Ten piedad
de nosotros.
44. Míranos y líbranos de
todas las angustias por la virtud de Jesucristo. Amen.
Oración: Escribe, ¡Oh Señora!,
tus heridas en mi corazón, para que en ellas lea tu dolor y tu amor; tu dolor
para sufrir por ti todo dolor; tu amor para despreciar por ti todo amor
mundano. ¡Oh María!, por tu amor y tus dolores, salva a los pobres pecadores.
V. Ruega
por nosotros, Virgen Dolorosísima.
R. Para que seamos dignos
de las promesas de Jesucristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario