SÉPTIMO DÍA DE LA NOVENA
A
LA INMACULADA CONCEPCIÓN II
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina presencia reconozco que he pecado muchas veces
y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me imponga. Amén.
Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre,
restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en
esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos
y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. Acuérdate, Virgen
Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios, no sólo para tu dignidad y gloria,
sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano.
Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a tu
protección e implorado tu socorro haya sido desamparado.
No me dejes pues a mí
tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a ti, antes
bien cada día quiero crecer más en tu verdadera devoción. Y alcánzame
principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal;
la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte.
Además dame la gracia particular que te pido en esta Novena, si es para mayor
gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Lc. 11,27-28)
Sucedió, pues, que mientras Jesús hablaba a la muchedumbre, una mujer de entre la gente le dijo gritando: "Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron".
Jesús repuso: Dichosos más
bien los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica". PALABRA
DE DIOS.
Consideración
Consideremos cómo Jesús, al
decir: "Dichosos más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen
en práctica" nos enseña la grandeza de su Inmaculada Madre. En efecto,
María Santísima, llena de fe y concibiendo a Cristo en su mente antes que en su
seno, mereció oír de Isabel, inspirada por el Espíritu Santo estas palabras.
"Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
Dichosa Tú, que creíste, porque se cumplirá todo lo que te dijo el Señor".
Nadie pues, como la Virgen
María acogió la Palabra de Dios meditándola en su Corazón y poniéndola en
práctica. Más todavía, solo Ella mereció encarnar en su purísimo seno a la
Palabra Eterna del Padre por obra y gracia del Espíritu Santo.
La existencia entera de
María Santísima es una plena comunión con su Hijo. Ella fue siempre la fiel
acompañante del Señor en todos sus caminos. Anudó una historia de amor a
Cristo, íntima y santa, única, que culmina en la gloria.
Procuremos imitar a María
Santísima siendo dóciles a las inspiraciones del Espíritu Santo, que en
nuestros días nos impulsa a trabajar por la Justicia y por la felicidad de los
más pobres y necesitados.
Oración del séptimo día
¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como diste a María, entre las demás virtudes, una pureza y castidad eximia, por la cual es llamada Virgen de las Vírgenes, así te suplicamos, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la dificilísima virtud de la castidad, que no se puede conservar sin tu gracia, pero que tantos han conservado mediante la devoción de la Virgen y tu protección.
(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo
Rosario)
LETANÍAS A LA INMACULADA CONCEPCIÓN
1.Señor, ten piedad de nosotros.
2.Cristo, ten piedad de nosotros.
3.Señor, ten piedad de nosotros.
4.Jesucristo, oídnos.
5.Jesucristo, escuchadnos.
6.Dios, Padre celestial, R. tened piedad de nosotros.
7.Dios, Hijo Redentor del mundo, tened piedad de nosotros.
8.Dios, Espíritu Santo, tened piedad de nosotros.
9.Dios santo, trino y uno, tened piedad de nosotros.
10.Virgen inmaculada entre todas las vírgenes,
R. rogad por nosotros.
11.Virgen inmaculada en vuestra concepción,
12.Hija inmaculada de Dios Padre,
13.Madre inmaculada de Dios Hijo,
14.Esposa inmaculada del Espíritu Santo,
15.Templo inmaculada de la Santísima Trinidad,
16.Imagen inmaculada de la sabiduría de Dios,
17.Aurora inmaculada del Sol de justicia,
18.Arca viva e inmaculada donde descansó Jesucristo,
19.Vástago inmaculado de la raza de David,
20.Camino inmaculado, que lleváis a Jesucristo,
21.Virgen inmaculada, que triunfasteis del pecado,
22.Virgen inmaculada, que hollasteis la cabeza de la serpiente,
23.Reina inmaculada del cielo y de la tierra,
24.Puerta inmaculada de la celestial Jerusalén,
25.Dispensadora inmaculada de la gracia de Dios,
26.Estrella inmaculada del mar,
27.Torre inmaculada de la Iglesia militante,
28.Rosa inmaculada entre las espinas,
29.Olivo inmaculado del campo místico del Señor,
30.Modelo inmaculado de todas las perfecciones,
31.Causa inmaculada de nuestra alegría,
32.Columna inmaculada de nuestra fe,
33.Fuente inmaculada del amor divino,
34.Signo inmaculado y cierto de salvación,
35.Regla inmaculada de la más perfecta obediencia,
36.Morada inmaculada del pudor y de la castidad,
37.Ancora inmaculada de nuestra salvación,
38.Luz inmaculada de los ángeles,
39.Corona inmaculada de los patriarcas,
40.Gloria inmaculada de los profetas,
41.Doctora inmaculada de los apóstoles,
42.Fortaleza inmaculada de los mártires,
43.Sostén inmaculado de los confesores,
44.Pureza inmaculada de las vírgenes,
45.Consuelo inmaculado de los que en Vos esperan,
46.Abogada inmaculada de los pecadores,
47.Guerrera inmaculada y terror de los herejes,
48.Madre y tutora inmaculada de vuestra pequeña familia,
Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo, perdonadnos, Señor.
Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo, escuchadnos, Señor.
Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo, tened piedad de nosotros.
V. Rogad por nosotros, Virgen Santa e Inmaculada.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
Oración. Omnipotente y sempiterno Dios, que ordenáis a vuestra Iglesia que celebre la gloria de la inmaculada Concepción de la Madre de vuestro Hijo divino, haced que los que la honran piadosamente en la tierra, gocen algún día en el cielo de la eterna bienaventuranza. Amén.
†
Fuente letanías: salutarishostia.wordpress.com
Oración final
Bendita sea tu pureza
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
Te ofrezco en este día
Alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, madre mía! Así sea.
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