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Segundo día del Triduo a la Virgen de Guadalupe

 


Segundo día del Triduo a la Virgen de Guadalupe (México)

Misterios Luminosos

“María nos enseña a vivir el Amor en las familias” Los tres días rezamos por “La familia”


1º Día: por el diálogo en las familias

2º día: el perdón

3º día: la unión

Esquema del triduo:

a) Historia de las apariciones

b) Breve reflexión

c) Intenciones

d) Rezamos el Rosario ó 1 Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre


2º DÍA  DEL TRIDUO A SANTA MARÍA DE GUADALUPE

 “Para que reine el PERDÓN en las familias”

 

A) 2º Parte Historia de la Aparición:

Ese mismo día regresó a la cumbre de la  colina y encontró a la Santísima Virgen que  le estaba esperando. Con lágrimas de  tristeza le contó cómo había fracasado su  empresa.

Ella le pidió volver a ver al Sr. Obispo el día  siguiente. Juan Diego cumplió con el  mandato de la Santísima Virgen. Esta vez  tuvo mejor éxito; el Sr. Obispo pidió una  señal. Juan regresó a la colina, dio el recado a María Santísima y ella prometió darle una  señal al siguiente día en la mañana. Pero Juan Diego no podía cumplir este encargo porque  un tío suyo, llamado Juan Bernardino había enfermado gravemente.

Dos días más tarde, el día doce de diciembre, Juan Bernardino estaba moribundo y Juan  Diego se apresuró a traerle un sacerdote de Tlaltelolco. Llegó a la ladera del cerro y optó  ir por el lado oriente para evitar que la Virgen Santísima le viera pasar. Primero quería  atender a su tío. Con grande sorpresa la vio bajar y salir a su encuentro. Juan le dio su  disculpa por no haber venido el día anterior. Después de oír las palabras de Juan Diego,  ella le respondió: "Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te  asusta y aflige. No se turbe tu corazón, no temas a esa ni a ninguna otra enfermedad o  angustia. ¿Acaso no estoy aquí yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy  tu salud? ¿Qué más te falta? No te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de  ella; está seguro de que ya sanó".

 

Cuando Juan Diego oyó estas palabras se sintió contento. Le rogó que le despachara a ver  al Señor Obispo para llevarle alguna señal y prueba a fin de que le creyera. Ella le  dijo: "Sube, hijo mío el más pequeño, a la cumbre donde me viste y te di órdenes, hallarás  que hay diferentes flores; córtalas, recógelas y en seguida baja y tráelas a mi presencia".


B) Aporte para la reflexión:

Ayer reflexionábamos acerca de la necesidad del diálogo para que podamos vivir en  armonía y comunión, hoy vamos a reflexionar acerca de la necesidad del perdón. Nuestra  necesidad de pedir perdón y de ser perdonados, ambas actitudes nacen de un corazón que  ama verdaderamente como el de Juan Diego y el de María.


En esta parte de la historia Juan Diego le pide disculpas a María, y María lejos de  reprenderlo lo acoge, (lo perdona), lo comprende... Perdono al otro justamente cuando lo  escucho, cuando me pongo en su lugar, cuando lo comprendo, cuando lo amo. Solo estas  actitudes achican las distancias que nos desunen. Muchas veces nos cuesta más pedir  perdón que perdonar, porque para pedir perdón tengo que reconocer que falle, que actué  mal... cuesta... pero si realmente amo, voy a tratar de reparar el daño.


Pidámosle a María que nos regale su espíritu humilde para ser capaces de pedir perdón y  su corazón abierto y misericordioso para perdonar a los que nos han herido.

c) Intenciones: 

A cada intención respondemos, R. “Madre, intercede por nosotros”.

· Por los sacerdotes, a quienes la Iglesia, y en nombre de Cristo, confiere el poder para  perdonar los pecados, para que con su vida sean testimonio de tan maravilloso don, y de la  vocación recibida.

R. “Madre, intercede por nosotros”.

· Por nosotros los cristianos, para que descubramos la riqueza del sacramento de la  reconciliación.

R. “Madre, intercede por nosotros”.

· Para que seamos nosotros sacramento de reconciliación con nuestros hermanos. · Por las familias que están separadas por el rencor y el resentimiento, para que María  interceda, y Dios los bendiga con el perdón.

R. “Madre, intercede por nosotros”.

· Para que tengamos una mirada de misericordia para con nosotros mismos, y nos  perdonemos nuestros propios errores.

R. “Madre, intercede por nosotros”.

Jesús nos dice: “… antes se dijo ojo por ojo y diente por diente, pero yo les digo amen a  sus enemigos”… presentemos a las personas que nos han herido y que nos cuesta perdonar,  pidiéndole al Señor por sus necesidades y que nos conceda la Gracia del perdón.


D) rezamos

El rosario o Padre Nuestro, Ave María y Gloria.


Rosario a la Virgen de Guadalupe

Por la señal de la Santa Cruz, De nuestros enemigos, Líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, Del Hijo, Y del Espíritu Santo. Amén.


El Credo

Creo, en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la Comunión de los Santos; el perdón de los pecados; la resurrección de los muertos; y la vida eterna. Amén.

 

- Misterios Luminosos -

 

Primer Misterio

El Bautismo de Jesús en el Jordán 

La Virgen de Guadalupe trae un mensaje de paz a su pueblo:

Petición: Pedimos a la Virgen María por todos aquellos que no la conocen y no la valoran como su Madre.


Padre Nuestro

V. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

R. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.


Ave María (Repetir 10 veces

V. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres; entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.


Gloria

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


JACULATORIAS:

V. Mi corazón en amarte eternamente se ocupe.

R. Y mi lengua en alabarte, Madre mía de Guadalupe.


V. San Juan Diego, predilecto de María.

R. Oye benigno mi ruego y sé tú mi protector y guía.

 

Segundo Misterio:

La Autorrevelación de Jesús en las Bodas de Caná

Juan Diego comparte a la Virgen su humildad y su; pequeñez a los ojos de los hombres:

Petición: Pedir a la Virgen que nos ayude a darnos cuenta del valor de la humildad y la sencillez de corazón]


Padre Nuestro

V. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

R. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.


Ave María (Repetir 10 veces

V. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres; entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.


Gloria

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


 JACULATORIAS:

V. Mi corazón en amarte eternamente se ocupe.

R. Y mi lengua en alabarte, Madre mía de Guadalupe.


V. San Juan Diego, predilecto de María.

R. Oye benigno mi ruego y sé tú mi protector y guía.

 

Tercer Misterio: 

El Anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión 

María de Guadalupe escogió a Juan Diego por su sencillez y no por su sabiduría:

 Petición: Pedir a la Virgen que nos ayude a saber transmitir la palabra de Cristo a los demás]


Padre Nuestro

V. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

R. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.


Ave María (Repetir 10 veces

V. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres; entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.


Gloria

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


JACULATORIAS:

V. Mi corazón en amarte eternamente se ocupe.

R. Y mi lengua en alabarte, Madre mía de Guadalupe.


V. San Juan Diego, predilecto de María.

R. Oye benigno mi ruego y sé tú mi protector y guía.

 

Cuarto Misterio: 

La Transfiguración del Señor 

La Virgen María cura a Juan Bernardino como signo de que quiere salud y felicidad para su pueblo:

Petición: Pedir a la Virgen que, como Juan Diego, sepamos acompañar en la enfermedad, la angustia y el dolor a los que están cerca de nosotros.


Padre Nuestro

V. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

R. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.


Ave María (Repetir 10 veces

V. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres; entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.


Gloria

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


JACULATORIAS:

V. Mi corazón en amarte eternamente se ocupe.

R. Y mi lengua en alabarte, Madre mía de Guadalupe.


V. San Juan Diego, predilecto de María.

R. Oye benigno mi ruego y sé tú mi protector y guía.

 

Quinto Misterio:

La institución de la Eucaristía, expresión sacramental del Misterio Pascual 

María nos deja su imagen en la tilma para recordarnos su ternura, su amor y su constante protección:

Petición: Pedimos a la Virgen que, como Ella, sepamos escuchar y ayudar a nuestros hermanos]


Padre Nuestro

V. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

R. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.


Ave María (Repetir 10 veces

V. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres; entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.


Gloria

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


JACULATORIAS:

V. Mi corazón en amarte eternamente se ocupe.

R. Y mi lengua en alabarte, Madre mía de Guadalupe.


V. San Juan Diego, predilecto de María.

R. Oye benigno mi ruego y sé tú mi protector y guía.

 

Letanías en Honor a Nuestra Señora de Guadalupe


Señor, ten piedad de nosotros.

   Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

   Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

   Señor, ten piedad de nosotros.

Dios, Padre Celestial, Creador a través del cual vivimos,

   Ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo,

   Ten piedad de nosotros.

Dios, Espíritu Santo,

   Ten piedad de nosotros.

Santísima Trinidad, un solo Dios,

   Ten piedad de nosotros.


Perfecta Virgen, Santa María de Guadalupe,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre de América,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Estrella de la Nueva Evangelización,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Perfecta y Eterna Virgen,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre del Verdadero Dios,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre digna de honor y veneración,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre más misericordiosa,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre de quienes te aman,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre de quienes confían en ti,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre de quienes te lloran,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre de quienes te buscan,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre que cura todos nuestros dolores, miserias y penas,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre quien alivia nuestros sufrimientos,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre que nos mantiene bajo su mirada compasiva y misericordiosa,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre quien nos muestra su ayuda, amor y compasión,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre quien elige aquellos que son humildes y simples,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre quien nos repaga amorosamente todos lo que la sirven,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre quien nos tiene bajo su mantilla y su protección,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Madre quien nos lleva en su abrazo,

   Ruega por nosotros.


Santa María de Guadalupe, Fuente de nuestra alegría,

   Ruega por nosotros.


Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

   Sálvanos, Oh Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

   Óyenos, Oh Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

   Ten piedad de nosotros, Oh Señor.


Ruega por nosotros, Oh Santa Madre de Dios, para que podamos ser dignos de las promesas de Jesucristo.


Oremos:

Omnipotente y Eterno Dios, Tu mensaje de Misericordia, encomendado a la Virgen Perfecta, Santa María de Guadalupe, invita a todos tus niños a colocar toda su confianza en Ti. A través de la intercesión de la Madre de Tu Hijo, haz que Tu mensaje de Misericordioso Amor encienda nuestros corazones para que podamos ser heraldos fieles e instrumentos de esta Divina Misericordia para el mundo. Te pedimos esto a través de nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo, quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Un Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


La Salve

Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te Salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

¡Oh Clemente!, ¡Oh Piadosa!, ¡Oh Dulce siempre Virgen María!

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R. Para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Oración

Préstame Madre tus ojos, para con ellos poder mirar, porque si con ellos miro, nunca volveré a pecar.


Préstame Madre tus labios, para con ellos rezar, porque si con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar.


Préstame Madre tu lengua, para poder comulgar, pues es tu lengua patena de amor y santidad.


Préstame Madre tus brazos, para poder trabajar, que así rendirá el trabajo una y mil veces más.


Préstame Madre tu manto, para cubrir mi maldad, pues cubierta con tu manto al Cielo he de llegar.

 

Préstame Madre a tu Hijo, para poder yo amar. Si tú me das a Jesús, qué más puedo yo desear y ésta será mi dicha por toda la eternidad. Amén.


En el nombre del Padre, Del Hijo, Y del Espíritu Santo,

Amén.


Canción La Guadalupana

Desde el Cielo, una hermosa mañana (bis) La Guadalupana (tres veces) bajó al Tepeyac.

Suplicante juntaba sus manos (bis) y eran mexicanos (tres veces) su porte y su faz.

Su llegada llenó de alegría (bis) De luz y armonía (tres veces) el Anáhuac.

Junto al monte pasaba Juan Diego (bis) Y acercó sé luego (tres veces) al oír cantar.

A Juan Diego la Virgen le dijo (bis) este cerro elijo (tres veces) para hacer mi altar.

Y en la tilma entre rosas pintada (bis) Su imagen amada (tres veces) se dignó dejar.

Desde entonces para el mexicano (bis) Ser guadalupano (tres veces) es algo esencial.

En sus penas se postra de hinojos (bis) Y eleva sus ojos (tres veces) hacia el Tepeyac.

 




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