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SANTUARIO DE FATIMA

SANTO ROSARIO MISTERIOS GOZOSOS

ADORACIÓN ON-LINE CON Jésed - Cantos católicos para adorar y meditar con la eucaristía

domingo, 15 de noviembre de 2020

Rosario Misterios Gloriosos (Miércoles y domingo)

 

 

MISTERIOS GLORIOSOS

(Miércoles y domingo)

 

1- Primer misterio glorioso:

- La Resurrección de Cristo

 

Pasado el sábado, al despertar el alba del primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a visitar el sepulcro. De repente, se produjo un gran temblor: el Ángel del Señor bajó del cielo y, llegando al sepulcro, hizo rodar la piedra que lo tapaba y se sentó encima. Su aspecto era como el relámpago y sus ropas blancas como la nieve. Al verlo, los guardias temblaron de miedo y quedaron como muertos. El Ángel dijo a las mujeres: "Ustedes, no teman, porque yo sé que buscan a Jesús crucificado. No está aquí. Ha resucitado tal como lo había anunciado." (Mat 28,1-6)

 

Jesús resucitado ha probado que el hombre junto a él tiene poder sobre el pecado y sobre la muerte. Jesús, ayúdanos a resucitar, sálvanos del pecado, del enemigo, danos Tu luz, danos Tu Alegría. Reaviva en nosotros el amor, la fé, la esperanza, y el regalo de la oración. Permítenos pedir a la Virgen María una fé inquebrantable.

 

Padre Nuestro, 10 Ave María y Gloria

 

La Oración de Fátima:

"Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, y lleva nuestras almas al cielo, especialmente aquellas que necesitan más Tu Misericordia". (Nuestra Señora de Fatima, 13 Julio 1917)

 

 

2- Segundo misterio glorioso:

La Ascensión de Jesús al Cielo

 

Mientras estaban hablando de todo esto, Jesús se presentó en medio de ellos. Les dijo: "Paz a ustedes." Estaban atónitos y asustados, pensaron que veían a algún espíritu. Pero les dijo: "Por qué se asustan tanto, y porque les vienen estas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que yo tengo." Y al mismo tiempo les mostró sus manos y sus pies. Y como en medio de tanta alegría no podían creer y seguían maravillados, les dijo: "¿Tienen aquí algo que comer”? Ellos le ofrecieron un pedazo de pescado asado y él lo tomó y comió ante ellos. Jesús les dijo: "Todo esto se lo había dicho cuando estaba todavía con ustedes. Tenía que cumplirse lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Salmos, y en los Profetas respecto a mí." Entonces les abrió la mente para que lograrán entender las Escrituras y les dijo: "Esto estaba escrito: los sufrimientos de Cristo, su resurrección de entre los muertos al tercer día y la predicación que ha de hacerse en su nombre a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, invitándoles a que se conviertan y sean perdonadas de sus pecados. Y ustedes son testigos de todo esto. Ahora yo voy a enviar sobre ustedes al que mi Padre prometió. Por eso, quédense en la ciudad hasta que hayan sido revestidos de la fuerza que viene de arriba." Jesús los condujo hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se alejó de ellos y fue llevado al cielo. (Lucas 24,36-51)

 

Jesús, no has abandonado a Tus apóstoles en la agonía, y les has otorgado el gozo de contemplarte ‘glorificado' durante 40 días. Después de tu Ascensión, gratificas a aquellos que te buscan al recibir la Eucaristía. A través de María nosotros creemos en ti. María otórganos el regalo de la esperanza.

 

Padre Nuestro, 10 Ave María y Gloria

 

La Oración de Fátima:

"Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, y lleva nuestras almas al cielo, especialmente aquellas que necesitan más Tu Misericordia". (Nuestra Señora de Fatima, 13 Julio 1917)

 

 

3. Tercer misterio glorioso:

- La Venida del Espíritu Santo

 

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De pronto vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego, las que, separándose, se fueron posando sobre cada uno de ellos; y quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar idiomas distintos, en los cuales el Espíritu les concedía expresarse. (Hechos 2,1-4)

Jesús, infúndenos con el Consolador, El Espíritu Santo, enciéndenos con la Luz de tu Espíritu, con su fuerza nos penetre hasta el fondo de nuestro corazón y alivie nuestras penas. Envíanoslo para que llene nuestros corazones con tu amor. Haznos apóstoles tuyos, amado Señor. Virgen María permítenos el regalo del verdadero amor y el regalo de la oración del corazón. "Ven Espíritu Santo, Ven a nosotros por medio de la intercesión del Inmaculado Corazón de María, tu bien amada esposa”.

 

Padre Nuestro, 10 Ave María y Gloria

 

La Oración de Fátima:

"Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, y lleva nuestras almas al cielo, especialmente aquellas que necesitan más Tu Misericordia". (Nuestra Señora de Fatima, 13 Julio 1917)

 

 

4. Cuarto misterio glorioso:

 - La Asunción a los Cielos de la Bienaventurada Virgen María

 

Ozías por su parte dijo a Judit: "Hija mía, que Dios Altísimo te bendiga más que a todas las mujeres de la tierra. Y ¡bendito sea el Señor, Dios, Creador del cielo y de la tierra, que te condujo para que cortaras la cabeza del jefe de nuestros enemigos! Jamás los hombres olvidarán la confianza que has demostrado. Siempre recordarán el poder de Dios. Que Dios te colme de bienes y que los hombres te glorifiquen, pues no vacilaste en exponer tu vida al ver la humillación de nuestra raza. Por tu perfecta sumisión a Dios has alejado la ruina que nos esperaba." Todo el pueblo respondió: Amén. (Jdt 13,18-20; 15,10)

 

Ahora que María es llevada al cielo, ella pide por sus hijos e hijas, ésos hijos e hijas que Jesús puso en sus manos cuando Él estaba en la cruz. María, ruega por nosotros, sabes nuestros temores, llévanos a tu corazón, corazón de madre. Ruega por nosotros ahora, y en la hora de nuestra muerte llévanos contigo al cielo. Te pedimos una devoción a tu Inmaculado Corazón que será nuestro refugio en nuestras tribulaciones.

 

Padre Nuestro, 10 Ave María y Gloria

 

La Oración de Fátima:

"Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, y lleva nuestras almas al cielo, especialmente aquellas que necesitan más Tu Misericordia". (Nuestra Señora de Fatima, 13 Julio 1917)

 

5. Quinto misterio glorioso:

- La Coronación de la Santísima Virgen María como Reina del Cielo

 

Apareció en el cielo una señal grandiosa: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo los pies y en su cabeza una corona de doce estrellas. Está embarazada y grita de dolor, porqué llegó su tiempo de dar a luz. (Apo,1)

 

María permítenos llamarte, permítenos amarte, permítenos confiar en ti, porque te nos has dado. Te tenemos como madre en el cielo que también eres Reina; así que nosotros necesitamos avocarnos a ella con una fé inmensa y esperanza. Si pedimos algo mientras rezamos el Santo Rosario, nos será otorgado. Pídele el regalo de la oración, una oración de corazón, dilo solo por amor, un amor por ella y por Jesús. También permítenos pedir por la perseverancia de la oración, para estar siempre unidos a tu corazón y por lo tanto al corazón de Jesús.

 

Padre Nuestro, 10 Ave María y Gloria

 

La Oración de Fátima:

"Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, y lleva nuestras almas al cielo, especialmente aquellas que necesitan más Tu Misericordia". (Nuestra Señora de Fatima, 13 Julio 1917)

 

Oraciones Adicionales

Suplicas:

"Oh Dios de quién Único Hijo nos ha otorgado los beneficios de la vida eterna, concédenos la gracia que te pedimos mientras meditamos los Misterios del Mas Santo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, debemos imitar lo que contienen y obtener lo que prometen, a través del mismo Cristo Nuestro Señor". Amén.

 

Oración de Fátima:

"Dios Mío, yo creo, te adoro, espero, y te amo. Pido tu perdón para aquellos que no creen, que no te adoran, no esperan y no te aman."

(El Ángel a los tres niños de Fatima, Primavera 1916)

 

Letanía Lauretana

Señor, ten piedad

Cristo, ten piedad

Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

 

Dios, Padre celestial,

R. ten piedad de nosotros.

 

Dios, Hijo, Redentor del mundo,

Dios, Espíritu Santo,

Santísima Trinidad, un solo Dios,

 

Santa María,

R. ruega por nosotros.

Santa Madre de Dios,

Santa Virgen de las Vírgenes,

Madre de Cristo,

Madre de la Iglesia,

Madre de la divina gracia,

Madre purísima,

Madre castísima,

Madre siempre virgen,

Madre inmaculada,

Madre amable,

Madre admirable,

Madre del buen consejo,

Madre del Creador,

Madre del Salvador,

Madre de misericordia,

Madre de la esperanza

Virgen prudentísima,

Virgen digna de veneración,

Virgen digna de alabanza,

Virgen poderosa,

Virgen clemente,

Virgen fiel,

Espejo de justicia,

Trono de la sabiduría,

Causa de nuestra alegría,

Vaso espiritual,

Vaso digno de honor,

Vaso de insigne devoción,

Rosa mística,

Torre de David,

Torre de marfil,

Casa de oro,

Arca de la Alianza,

Puerta del cielo,

Estrella de la mañana,

Salud de los enfermos,

Refugio de los pecadores,

Consoladora de los afligidos,

Auxilio de los cristianos,

Reina de los Ángeles,

Reina de los Patriarcas,

Reina de los Profetas,

Reina de los Apóstoles,

Reina de los Mártires,

Reina de los Confesores,

Reina de las Vírgenes,

Reina de todos los Santos,

Reina concebida sin pecado original,

Reina asunta a los Cielos,

Reina del Santísimo Rosario,

Reina de la familia,

Reina de la paz.

 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

R. perdónanos, Señor.

 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

R. escúchanos, Señor.

 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

R. ten misericordia de nosotros.

 

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

 

ORACIÓN.

Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

 

Por las necesidades del Santo Padre el Papa (N....)

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

 

 Un Credo al Sagrado Corazón de Jesús por la pérdida de la fé:

Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, hijo único de Dios, nacido del Padre ante todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios Verdadero de Dios Verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre por quien todo fue hecho, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo. Y por obra del Espíritu Santo se encarnó de la Virgen María y se hizo hombre. Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilatos, padeció y fue sepultado y resucitó al tercer día según las Escrituras y subió al cielo. Y está sentado a la derecha del Padre y de nuevo vendrá con Gloria para juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida que procede del Padre y el Hijo, que con el Padre y el Hijo reciben una misma adoración y Gloria que habló por los profetas. Creo en la iglesia que es una: Santa, Católica y Apostólica, confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

 

Una Salve al Corazón Inmaculado de María:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te Salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea! pues Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús fruto bendito de tu vientre. Oh Clemente! Oh Piadosa! Oh Dulce Siempre Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Ave María Purísima, sin pecado concebida y siempre Virgen, Hija de San Joaquín y Santa Ana, es María Santísima.

 †

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.



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