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ADORACIÓN ON-LINE CON Jésed - Cantos católicos para adorar y meditar con la eucaristía

sábado, 31 de agosto de 2019

LAS TRES AVEMARÍAS




LAS TRES AVEMARÍAS

¿En qué consiste la devoción de las tres Avemarías?


En rezar tres veces el Avemaría a la Santísima Virgen, Madre de Dios y Señora nuestra, bien para honrarla o bien para alcanzar algún favor por su mediación.

¿Cuál es el fin de esta devoción?
Honrar los tres principales atributos de María Santísima, que son:
1.- El poder que le otorgó Dios Padre por ser su Hija predilecta.
2.- La sabiduría con que la adornó Dios Hijo, al elegirla como su Madre.
3.- La misericordia con que la llenó Dios Espíritu Santo, al escogerla por su inmaculada Esposa.
De ahí viene que sean tres las Avemarías a rezar y no otro número diferente.

¿Cuál es la forma de rezar las tres Avemarías?


María Madre mía, líbrame de caer en pecado mortal y de las tentaciones del mal.

1. Por el poder que te concedió el Padre Eterno

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

2. Por la sabiduría que te concedió el Hijo.

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

3. Por el Amor que te concedió el Espíritu Santo

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén!

¡Oh María, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma.....


lunes, 26 de agosto de 2019

NOVENA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA



NOVENA
AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


Por la señal de la Santa Cruz….

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Ante tu divina presencia reconozco que he pecado muchas veces y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa haberte ofendido. Ayudado de tu divina gracia, propongo no volver a caer más, confesarme y cumplir la penitencia que el confesor me imponga. Amén.

Oración preparatoria para todos los días:
Dios y Señor mío, dignaos aceptar esta Novena que hago al Corazón de María, vuestra celestial Madre; y Vos, Virgen Santa, alcanzadme la gracia necesaria. Amén.

Rezar a continuación la oración del día que corresponda:

DÍA PRIMERO

Corazón Inmaculado de María, Madre de Dios, os venero y bendigo por esta excelsa prerrogativa, que os ensalza sobre todos los hombres y ángeles. Por ella os pido que os compadezcáis de mí en mis necesidades.

Concluir con las deprecaciones y oración final.

__________
DÍA SEGUNDO

Corazón Inmaculado de María, Madre nuestra; acordaos que Jesús, pendiente de la Cruz, os constituyó Madre de los hombres y nos puso bajo vuestro cuidado. Mostrad ser nuestra Madre. Amén.

Concluir con las deprecaciones y oración final.

__________
DÍA TERCERO

Corazón Inmaculado de María, Reina de cielos y tierra, manifestad en favor nuestro el grande poder que Dios os ha concedido; y os pido que me defendáis en todas las tentaciones del enemigo de mi alma. Amén.

Concluir con las deprecaciones y oración final.

__________
DÍA CUARTO

Corazón Inmaculado de María, Medianera de todas las gracias, ya que Dios ha dispuesto que las recibamos todas de vuestra mano, alcanzadme las que más necesito para la salvación de mi alma. Amén.

Concluir con las deprecaciones y oración final.

__________
DÍA QUINTO

Corazón Inmaculado de María, Virgen purísima y sin mancha, alcanzadnos la gracia de pasar por este mundo tan lleno de pecados, de manera que nos conservemos puros del lodo de tanta sensualidad. Amén.

Concluir con las deprecaciones y oración final.

__________
DÍA SEXTO

Corazón Inmaculado de María, Abogada y Protectora de los hombres, a Vos acudimos en todos los peligros, y os pedimos que nos protejáis durante la vida, pero sobre todo en el instante de nuestra muerte. Amén.

Concluir con las deprecaciones y oración final.

__________
DÍA SÉPTIMO

Corazón Inmaculado de María, Maestra y guía de los hombres, iluminadnos con divina luz para conocer la vanidad de las cosas terrenas y la suprema realidad de las cosas celestiales y eternas. Amén.

Concluir con las deprecaciones y oración final.

__________
DÍA OCTAVO
 
Corazón Inmaculado de María, Mártir y Reina de los Mártires, por lo mucho que padecisteis en este mundo, os pido me alcancéis paciencia y conformidad en los trabajos de esta miserable vida. Amén.

Concluir con las deprecaciones y oración final.
__________
DÍA NOVENO

Corazón Inmaculado de María, Celadora de la gloria de Dios y de la salvación de las almas, haced que imitemos vuestras virtudes en la tierra y que podamos acompañaros en la gloria del cielo. Amén.

Concluir con las deprecaciones y oración final.

DEPRECACIONES

1. Oh Corazón de María, compadeceos de los incrédulos; despertad a los indiferentes; dad la mano a los desesperados; convertid a los blasfemos y profanadores de los días del Señor. Avemaría...

2. Oh Corazón de María, aumentad la fe de los pueblos; fomentad la piedad; sostened las familias verdaderamente católicas; apagad los odios y venganzas en que se abrasa el mundo. Avemaría...

3. Oh Corazón de María, salvad a los mundanos, purificad a los deshonestos, volved al buen camino a tantas víctimas del vicio y del error. Avemaría...

4. Oh Corazón de María, convertid a todos los pecadores de la Iglesia; dirigid a patronos y obreros; iluminad con luz celestial a los malos escritores y gobernantes; santificad a los malos católicos. Avemaría...

5. Oh Corazón de María, suscitad muchos y santos Sacerdotes y Misioneros que trabajen en la conversión de los pecadores y en la salvación de las almas de todo el mundo, y dadnos a todos la perseverancia final en el santo amor y temor de Dios. Así sea. Avemaría...

Oración final:
Oh Inmaculado Corazón de María, en Vos confiamos; no nos dejéis en este valle de lágrimas hasta vernos seguros junto a Vos en el cielo. Así sea.


miércoles, 21 de agosto de 2019

BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, REINA DEL CIELO Y MADRE DE MISERICORDIA




Bienaventurada Virgen María, Reina del cielo
y Madre de misericordia

Fecha: 22 de agosto
Fecha en el calendario anterior: 31 de mayo

Hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: Memoria de la Bienaventurada Virgen María, Reina, que engendró al Hijo de Dios, Príncipe de la paz, cuyo reino no tendrá fin, y que es saludada por el pueblo cristiano como Reina del cielo y Madre de misericordia.

Oración: Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el Reino de los Cielos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).

María, como Madre del Hombre-Dios, Rey del universo por
derecho de naturaleza y por mérito de conquista, es Reina Madre. La dignidad real de María ha recibido el tributo de homenaje más insigne y la justificación teológica más amplia y convincente por boca de los Sumos Pontífices.

León XIII veneró a María, con todo el pueblo cristiano, "elevada sobre la gloría de todos los santos, coronada de estrellas por su divino Hijo, sentada junto a Él, Reina y Señora del universo". (Encíclica lucunda semper, 8 de septiembre 1894) . Indagando, a continuación, en su vida los títulos y méritos de tan universal soberanía, que une a Madre e Hijo en el imperio espiritual del mundo, escribió el Papa: "Mientras que es elegida para Madre, sin dudar un momento se proclama y se confiesa esclava del Señor. Y, como ha prometido santamente, y santa y prontamente establece, desde este momento, una perpetua comunidad de vida con su Hijo Jesús, ya sea en la alegría o en el llanto. De esta manera, llega a tales alturas de gloria como ningún ángel podrá jamás alcanzar, porque ninguno podrá parangonarse con Ella, ni en virtud, ni en méritos. Por esto Ie pertenece a Ella la corona del cielo y, porque se convertirá en la Reina de los mártires, la corona de la tierra. Así, en la celestial ciudad de Dios estará sentada en el trono, coronada por toda la eternidad, junto a su Hijo, porque constantemente, durante toda su vida, pero de manera especial en el Calvario, beberá con Él el cáliz rebosante de amargura". (Encíclica Magnae Dei Matris, 8 de septiembre 1892).

Pío XII no es menos generoso en las alabanzas a la celestial
Señora cuando afirma: "Todos saben que, como Jesucristo es Rey universal, Señor de los señores y tiene en sus manos la suerte de los individuos y de los pueblos, de la misma manera, su santa Madre, honrada por todos los fieles como Reina del mundo, tiene junto a Él mayor poder de intercesión". (Carta apostólica Dum saeculum, 15 de abril 1942).

Parangonando, en otro lugar, la realeza de la Madre y del Hijo, observa sabiamente: "Jesús es Rey de los siglos, por naturaleza y por conquista; por Él, subordinadamente a Él, María es Reina, por gracia, por parentesco divino, por conquista, por singular elección. Su reino es vasto como el reino de su Hijo Dios, porque nada se halla excluido de su dominio. Por lo cual, la Iglesia saluda a María como Señora y Reina de los ángeles y de los santos, de los patriarcas y de los profetas, de los apóstoles y de los mártires, de los confesores y de las vírgenes; por idéntico motivo, la aclama como Reina del cielo y de la tierra, gloriosa y dignísima Reina del universo y nos invita a invocarla, de día y de noche, entre los gemidos y lágrimas en que abunda tanto este destierro: Salve Regina, Mater misericordiae, vita, dulcedo, spes nostra, salve (Mensaje radiofónico del 13 de mayo 1946).

Bastan estas autorizadas afirmaciones de los Romanos Pontífices para asegurarnos de que la realeza de María, aunque no se halla definida como dogma de fe, es, sin embargo, una verdad ciertísima, que sería, por lo menos, temerario y escandaloso poner en duda.

Esta certeza recibió un nuevo sello, cuando el Romano
Pontífice Pío XII, como digna coronación del Congreso Internacional Mariológico-Mariano y, para perpetuo y más vivo recuerdo del primer centenario de la definición de la Inmaculada Concepción, proclamó en la Encíclica Ad Coeli Reginam (11 octubre 1954), la festividad litúrgica de la realeza de María.

El sentido, el fundamento teológico y el fin de tal proclamación, además de haber sido expuestos en la susodicha Encíclica, fueron nuevamente ilustrados, en la Alocución de 1 de noviembre de 1954, con estas memorables palabras: "No ha sido intención Nuestra introducir novedad alguna, sino más bien hacer que brille a los ojos del mundo, en las actuales circunstancias, una verdad capaz de traer remedio a sus males, de liberarlo de sus angustias y de enderezarlo hacia el camino de salvación que él mismo busca ansiosamente. Menos aún que la realeza de su Hijo, la realeza de María no ha de ser concebida en analogía con las realidades de la vida política moderna. Indudablemente, no podemos representar las maravillas del cielo sino mediante las palabras y las expresiones, tan imperfectas, del lenguaje humano: pero esto no significa precisamente que, para honrar a María, debamos de adherirnos a una concreta estructura política. La realeza de María es una realidad ultraterrena, que, al mismo tiempo, penetra hasta lo más íntimo de los corazones y los toca en su esencia profunda, es decir, en lo que ellos tienen de espiritual y de inmortal. El origen de las glorias de María, el momento solemne que ilumina toda su persona y toda su misión, es aquel en el cual, llena de gracia, dirigió al arcángel Gabriel el "Fiat", que expresaba su consentimiento a la disposición divina; de esta manera se convertía, Ella, en Madre de Dios y en Reina y recibía el oficio real de velar por la unidad y por la paz del género humano. Por Ella tenemos la firme confianza de que la humanidad se irá, poco a poco, encaminando por este camino de salvación; Ella guiará a los jefes de las naciones y los corazones de los pueblos, hacia la concordia y la caridad".

Cuando fue instituida por Pío XII, la fiesta se celebraba el 31 de mayo, como coronamiento del mes de María, sin embargo posteriormente se trasladó al 22 de agosto, para destacar como octava de la celebración tan central de la Asunción de la Virgen, del 15 de agosto.


Imagen: estatua de la Reina de la Paz, encargada por Benedicto XV en 1918 como agradecimiento por el final de la Primera Guerra Mundial, al escultor romano Guido Galli. Se la puede admirar en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma.

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: https://www.eltestigofiel.org/index.php?idu=sn_4869

martes, 20 de agosto de 2019

NOVENARIO AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA



*Nueve días de devoción al 
Inmaculado Corazón de María*


 _ Novenario _

Corazón Inmaculado de María, desbordante de amor a Dios y a la humanidad, y de compasión por los pecadores, me consagro enteramente a ti. Te confío la salvación de mi alma.

Que mi corazón esté siempre unido al tuyo, para que yo odie el pecado, ame a Dios y al prójimo y alcance la vida eterna juntamente con aquellos que amo.

Medianera de todas las gracias, y Madre de misericordia, recuerda el tesoro infinito que tu divino Hijo ha merecido con sus sufrimientos y que nos confió a nosotros sus hijos.

Llenos de confianza en su maternal corazón, que yo venero y amo, acudo a ti en mis apremiantes necesidades. Por los méritos de tu amable Corazón y por amor al Sagrado Corazón de Jesús, obtenme la gracia particular que pido.

(Mencione el favor que desea)._🙏🏻

Madre amadísima, si lo que pido no fuere conforme a la voluntad de Dios, intercede para que se me conceda lo que sea de mayor bien para mi alma.

Que yo experimente la bondad maternal de tu Corazón y el poder de tu intercesión ante Jesús ahora en vida y en la hora de la muerte. Amén.


_ Peticiones _

¡Virgen Inmaculada, concebida sin pecado! Los movimientos de tu Sagrado Corazón fueron siempre dirigidos a Dios y obedientes a su divina voluntad.

Obtenme la gracia de odiar el pecado con todo mi corazón y aprender de ti a vivir en perfecta conformidad con la voluntad de Dios.

¡María! Admiro la profunda humildad que turbó tu purísimo Corazón al anunciarte el ángel Gabriel que eras la escogida para ser la Madre del Hijo del Altísimo. No te consideraste más que humilde esclava de Dios.

Mi propia altanería me avergüenza. Te suplico me concedas la gracia de un corazón contrito y humillado para que reconozca mi bajeza y alcance la gloria prometida a los verdaderos humildes de corazón.

Santísima Virgen! Guardaste en tu Corazón el precioso tesoro de las palabras de Jesús, tu Hijo, y meditando los sublimes misterios que contienen, viviste únicamente para Dios. ¡Me avergüenza la frialdad de mi corazón!

Querida Madre, obtenme la gracia de meditar siempre en la santa Ley de Dios y procurar seguir su ejemplo practicando con fervor todas las virtudes cristianas.

¡Gloriosa Reina de los Mártires! Durante la pasión de tu Hijo, traspasó cruelmente tu Corazón la espada que te había anunciado el santo anciano Simeón. Obtenme un corazón magnánimo y de santa paciencia para sobrellevar los sufrimientos, pruebas y dificultades de esta vida.

Que yo me porte como verdadero hijo tuyo crucificando la carne y todos sus deseos con la mortificación de la Cruz.

¡María, Rosa mística! Tu amable Corazón ardiendo con vivo fuego de amor nos adoptó por hijos suyos al pie de la Cruz y por eso eres nuestra más tierna Madre.

Hazme sentir la dulzura de tu maternal Corazón y el poder de tu intercesión ante Jesús en todos los peligros que encuentre durante la vida, en particular en la hora temida de la muerte.

Que mi corazón esté siempre unido al tuyo y ame a Jesús ahora y por siempre. Amén.

Se Rezan tres Avemarías,
por las tres purezas de la Virgen Santísima.


*Oración*

¡Padre celestial! Preparaste el Corazón de la Virgen María para ser morada de tu Espíritu Santo. Que por su intercesión nuestra alma llegue a ser templo más propio de tu gloria. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

💙🗡🔥💙🗡🔥💙🗡🔥💙

Se hace durante nueve días siempre la misma oración

sábado, 17 de agosto de 2019

BENDITA SEA TU PUREZA





BENDITA SEA TU PUREZA

Bendita sea tu pureza
 Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea,
En tan graciosa belleza.

A Ti celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
Te ofrezco en este día,
Alma vida y corazón.

Mírame con compasión,
No me dejes, Madre mía.

Por tu pura concepción,
Ni de noche, ni de día,
Hasta morir en tu amor,
Madre de mi corazón.

Amén.

ÁNGELUS EN ESPAÑOL Y LATÍN



EL ÁNGELUS

El Ángelus, devoción de origen franciscano, que para el Diccionario de la Real Academia Española es «Oración en honor del misterio de la Encarnación», hace una síntesis admirable del mismo, de las personas que intervienen en tan gran acontecimiento y de la misión o actitud de cada una de ellas, con palabras tomadas del mismo Evangelio. En su extremada brevedad, ofrece materia sólida a la vez que asequible para la meditación cotidiana del creyente. San Lucas refiere que el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Luego añadió: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.» María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le aclaró: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.» Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Días después, María fue a casa de Zacarías y saludó a Isabel, la cual exclamó: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno» (cf. Lc 1,26ss). A modo de conclusión, San Juan añade en el prólogo de su Evangelio: «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros» (Jn 1,14).

V. El Ángel del Señor anunció a María.
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.

V. Dios te salve, María,

llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
V. Santa María, Madre de Dios
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María... Santa María...

V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María... Santa María...

V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.

Oremos:
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.


V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,

R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Tres veces)

Se acostumbra agregar una intención por los difuntos al terminar el rezo del Ángelus:

V/. A todos los fieles difuntos dales, Señor, el descanso eterno.
R/. Y brille sobre ellos la luz eterna.

V/. Descansen en paz.
R/. Amén.






ÁNGELUS DOMINI

V. Ángelus Dómini nuntiávit Maríae.
R. Et concépit de Spíritu Sancto.
Ave María.....

V. Ecce ancílla Dómini.
R. Fiat mihi secúndum verbum tuum.
Ave María.....

V. Et Verbum caro factum est.
R. Et habitávit in nobis.
Ave María....

V. Ora pro nobis, sancta Dei Génitrix.
R. Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.

Orémus:
Grátiam tuam, quaésumus, Dómine, méntibus nostris infúnde: ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui Incarnatiónem cognóvimus, per Passiónem ejus et Crucem ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúmdem Christum Dóminum nostrum.
R. Amen.

V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.

R. Sicut erat in princípio, et nunc et semper
et in sæcula sæculórum. Amen (tres veces)

Se acostumbra agregar una intención por los difuntos al terminar el rezo del Ángelus:

V/. Réquiem ætérnam dona eis, Dómine,
R/. et lux perpétua lúceat eis.

V/. Requiéscant in pace.
R/. Amen.


jueves, 15 de agosto de 2019

ODA A LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA



ODA A LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

Oda a la Asunción
Al cielo vais, Señora,
y allá os reciben con alegre canto.

¡Oh quién pudiera ahora
asirse a vuestro manto
para subir con vos al monte santo!

De ángeles sois llevada
de quien servida sois desde la cuna,
de estrellas coronada:

¡Tal Reina habrá ninguna,
pues os calza los pies la blanca luna!
Volved los blancos ojos,
ave preciosa, sola humilde y nueva,
a este valle de abrojos,
que tales flores lleva,
do suspirando están los hijos de Eva.

Que, si con clara vista,
miráis las tristes almas desde el suelo,
con propiedad no vista,
las subiréis de un vuelo,
como piedra de imán al cielo, al cielo.
Amén.

Fray Luis de León (1527 - 1591)


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