NUESTRA SEÑORA
DEL ROSARIO DE POMPEYA
Páginas: 1. Súplicas a la Virgen del Rosario de Pompeya| 2. Novena del Rosario: origen y práctica | 3. Novena de Petición Misterios: gozosos | 4. Novena de Petición Misterios: Dolorosos | 5. Novena del Petición Misterios: Gloriosos | 6. Novenas del beato Bartolo Longo | 7. Novena Para casos difíciles | 8. Novena De acción de gracias | 9. Novena de Acción de gracias Misterios Dolorosos | 10. Novena de Acción de Gracias Misterios Gloriosos | 11. Novena de Acción de Gracias Misterios Gozosos |
ORACIÓN QUE SE HARÁ
ANTES DE LA MEDITACIÓN
Dios te salve María. ¡Reina del Santo Rosario! Madre mía,
salve. A tus pies humildemente postrado me hallo para ofrendarte una corona de
flores rosas teñidas con el color rojo de la pasión en memoria de las alegrías,
fruto de los sufrimientos de tu Hijo Divino. Cada flor te recordará un
misterio; cada diez flores van con mi petición para una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina, Dispensadora de las gracias de Dios y
Madre de todos los que a ti acuden. Vos no podéis menospreciar esta ofrenda,
con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas, recibe,
asimismo mis peticiones; de tus grandes misericordias, espero la gracia y favores
que con confianza te pido.
Cuánto te pido, lo recibiré. ¡Demuestra que eres mi
Madre!
Credo. Padre Nuestro. Tres Avemarías. Gloria.
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de
la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor. Que fue concebido por
obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado,
muerto y sepultado. Descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre
los muertos. Subió a los cielos; está sentado a la derecha de Dios Padre
todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo. La Santa Iglesia Católica; la
comunión de los Santos. El perdón de los pecados. La resurrección de la carne. La
vida perdurable. Amén.
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre, venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el
cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes
caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es
contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
DEL ROSARIO DE POMPEYA
ORACIÓN QUE SE HARÁ
ANTES DE LA MEDITACIÓN
Dios te salve María. ¡Reina del Santo Rosario! Madre mía,
salve. A tus pies humildemente postrado me hallo para ofrendarte una corona de
flores rosas teñidas con el color rojo de la pasión en memoria de las alegrías,
fruto de los sufrimientos de tu Hijo Divino. Cada flor te recordará un
misterio; cada diez flores van con mi petición para una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina, Dispensadora de las gracias de Dios y
Madre de todos los que a ti acuden. Vos no podéis menospreciar esta ofrenda,
con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas, recibe,
asimismo mis peticiones; de tus grandes misericordias, espero la gracia y favores
que con confianza te pido.
Cuánto te pido, lo recibiré. ¡Demuestra que eres mi
Madre!
Credo. Padre Nuestro. Tres Avemarías. Gloria.
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de
la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor. Que fue concebido por
obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado,
muerto y sepultado. Descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre
los muertos. Subió a los cielos; está sentado a la derecha de Dios Padre
todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo. La Santa Iglesia Católica; la
comunión de los Santos. El perdón de los pecados. La resurrección de la carne. La
vida perdurable. Amén.
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre, venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el
cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes
caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es
contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
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