BAUTISMO DE DESEO Y EMERGENCIA
MODO
DE HACERLO
Vosotros sí podéis Bautizar a estos niños.
Escucha:
1. Una oración de Bautismo de deseo y emergencia,
con agua bendita y diciendo nombres además… que vale para los nacidos
ya muertos.
(Señal
+)
1º: Reza un CREDO;
2º: Después, toma agua bendita y la rocías por todas
partes, diciendo: “A TODOS VOSOTROS NACIDOS MUERTOS DE DÍA Y DE NOCHE,
Y A TODOS LOS QUE VAIS A NACER MUERTOS, Y TAMBIÉN A TODOS LOS QUE SOIS MATADOS
EN EL SENO DE VUESTRAS MADRES Y VAIS A SER MATADOS, A FIN DE QUE ALCANCÉIS POR
MEDIO DE JESUCRISTO LA VIDA ETERNA… (se dice un nombre de pila o
muchos, según los que se quieran bautizar; María, José, Pilar, etc.);
3º: YO OS BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL
HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO (a
la vez que se hace con la mano la Cruz +, como bendición).
Dios hará que el agua bautismal caiga sobre las cabezas de los bautizados y
les dará a cada uno su nombre. Según la medida de fe en vuestras oraciones, se
os darán esas almas pequeñitas a quienes abristeis el cielo.
4º: AL FINAL REZAR:
UN
PADRE NUESTRO, UN AVE MARÍA Y UN GLORIA.”
Jesús, María, Os Amo. Salvad Almas.
* * *
2. Otra oración de Bautismo de Deseo,
más simple, por la Sangre de Cristo y sin agua, que vale para
los que mueren después de nacer sin ser bautizados.
ORACIÓN
¡Padre Eterno!, Por El Inmaculado Corazón de María, Os ofrezco la Sangre Preciosísima de Nuestro Señor Jesucristo, para que sean lavados en ella; todos los niños nacidos que han muerto sin bautismo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
"Jesús, María, Os Amo. Salvad Almas".
DOCUMENTO
Hace
poco, nos escribió una señora, madre de seis hijos, un alma heroica y muy
sufrida, lo siguiente: “Yo iba en autobús, sentada junto a la ventana y rezando
el Santo Rosario. De repente brilla una luz y veo junto a mí a Jesús,
que me dice: ¡Mira la cueva de asesinos!
DOCUMENTO
Hace poco, nos escribió una señora, madre de seis hijos, un alma heroica y muy sufrida, lo siguiente: “Yo iba en autobús, sentada junto a la ventana y rezando el Santo Rosario. De repente brilla una luz y veo junto a mí a Jesús, que me dice: !Mira la cueva de asesinos!
Miro por todas partes y digo: Señor, por la derecha no hay sino campo. Quizás, ¿será esto aquí donde se puede leer Clínica Ginecológica?, y dice Jesús: “¡Sí, esta es! de tales hay varias y habrá más todavía. Reza por los médicos y por todos los que están colaborando, sobre todo por las madres que matan a sus hijos y los hacen matar antes de dar a luz. Hoy por la noche te diré más a este respecto.”
Durante la noche el Señor me mostró un cuadro espantoso: Vi la tierra cubierta de pequeñísimos cadáveres de niños. Era tan horripilante el espectáculo, que escribí en mis apuntes: “Veo la matanza de los niños de Belén, pero mil y millones de veces más grande”. Lloré al ver este cuadro terrible.
El Señor me dijo: “El espíritu de impureza ha llegado a todas las puertas, y casi todas les dieron entrada. !Ay! de los que le escuchan. De la noche a la mañana se hundirán juntamente con sus casas en el abismo del pecado. Están visitando los cementerios para rezar en la tumba del hijo único… que Dios se llevó, siendo su propiedad, pero no lloran por los otros cruelmente asesinados. Al contrario, llegará un tiempo en que crean que están haciendo un favor a Dios y a los hombres, matando a esos pequeños. !Benditas todas las casas en que vive un alma víctima que se entrega a Dios en expiación por tantos pecados!”
Después vi en el firmamento innumerables cabecitas de niños. Dije: ¿Señor, estas no son cabezas de ángeles? Jesús contestó: “No, son aquellos pequeñitos que fueron asesinados. Ellos serán los acusadores en el Juicio.”
Pregunté: ¿Señor, por qué me dijisteis esto a mí y me lo dejasteis ver? Sé que estos niños nunca van a ver a Dios.
Jesús me dijo: “María, tú tendrás que cumplir una gran misión. Esos pequeños, sí pueden llegar a la visión beatífica de Dios. Propaga lo que voy a Decirte. Dilo también a mis sacerdotes, van a contradecirte, pero en el transcurso del tiempo, lo reconocerán y lo practicarán para la felicidad de los niños.”
Durante la noche el Señor me mostró un cuadro espantoso: Vi la tierra cubierta de pequeñísimos cadáveres de niños. Era tan horripilante el espectáculo, que escribí en mis apuntes: “Veo la matanza de los niños de Belén, pero mil y millones de veces más grande”. Lloré al ver este cuadro terrible.
El Señor me dijo: “El espíritu de impureza ha llegado a todas las puertas, y casi todas les dieron entrada. ¡Ay! de los que le escuchan. De la noche a la mañana se hundirán juntamente con sus casas en el abismo del pecado. Están visitando los cementerios para rezar en la tumba del hijo único… que Dios se llevó, siendo su propiedad, pero no lloran por los otros cruelmente asesinados. Al contrario, llegará un tiempo en que crean que están haciendo un favor a Dios y a los hombres, matando a esos pequeños. !Benditas todas las casas en que vive un alma víctima que se entrega a Dios en expiación por tantos pecados!”
Después vi en el firmamento innumerables cabecitas de niños. Dije: ¿Señor, estas no son cabezas de ángeles? Jesús contestó: “No, son aquellos pequeñitos que fueron asesinados. Ellos serán los acusadores en el Juicio.”
Pregunté: ¿Señor, por qué me dijisteis esto a mí y me lo dejasteis ver? Sé que estos niños nunca van a ver a Dios.
Jesús me dijo: “María, tú tendrás que cumplir una gran misión. Esos pequeños, sí pueden llegar a la visión beatífica de Dios. Propaga lo que voy a Decirte. Dilo también a mis sacerdotes, van a contradecirte, pero en el transcurso del tiempo, lo reconocerán y lo practicarán para la felicidad de los niños.
La misma señora cuenta: “Cuando estuve otra vez en cinta (ya era el sexto mes), el médico me dijo que mi hijo iba a nacer muerto. Angustiada pensé ¿cómo voy a Bautizar a mi hijito? Y me vino la idea de echar agua sobre mi vientre diciendo: “Rafaelito yo te bautizo en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” y añadí “Señor haz llegar el agua sobre la cabeza del niño.”
Un año más tarde, tuve que sufrir una grave operación, al despertar de la narcosis, vi junto a mi cama un niño bellísimo. Le pregunté: ¿Quién eres tú, mi angelillo? Me contestó: Soy tu hijo Rafael, pues con el Bautismo, me abristes el cielo. He rezado por ti para que te cures. Dios me dio el permiso de aparecerte para consuelo tuyo y para confirmarte mi salvación. Adiós, mamaíta ¡adiós!
A un alma privilegiada llamada Mamá Vogl, le dijo el Señor: “¿Oíste hablar del BAUTISMO DE DESEO? Siempre puedes mantener el deseo de que todos los niños que nacen queden bautizados. Con tu voluntad puedes administrarles el Bautismo de emergencia. Además, puedes ofrecer en cada momento al Padre Celestial Mi Sangre preciosa por todos los niños que murieron sin Bautismo, a fin de que sean lavados en Mi Sangre. ¡Hija mía, he prodigado todo Mi Amor, sin retener nada para Mí!”
En
otra oportunidad, volvió el Señor a hablarle del BAUTISMO DE DESEO, aplicable a
todos los niños que nacen. “Tú puedes, -dijo el Señor- amarme con mi Amor, que
no tiene límites por todos los humanos. ¡Hazlo por todo mi Amor! ?Oíste hablar
del BAUTISMO DE DESEO? Siempre puedes tener el deseo de que todos los niños que
nacen, reciban el Santo Bautismo. Tú puedes administrarles, con tu voluntad, el
Bautismo de emergencia.” (Con la oración siguiente):
ORACIÓN
¡Padre Eterno!, Por el inmaculado Corazón de María, Os ofrezco la Sangre Preciosísima de Nuestro Señor Jesucristo, para que sean lavado en ella; todos los niños nacidos que han muerto sin bautismo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Hace pocos años murió una religiosa anciana en un convento de Alemania. Ya estaba agonizando. De repente, se iluminó su rostro y mirando con ojos maravillados a lo lejos, exclamó: “¡Oh, tantos niños negritos, tantos niños negritos! Me están buscando para llevarme al cielo.” Las otras hermanas que presenciaron el hecho, no vieron nada, pero sí oyeron sus palabras y vieron el rostro radiante de la moribunda.
Después recordaron que la anciana tenía la costumbre de dar todas las noches, antes de acostarse, el agua bendita a los niños negritos no bautizados en el África. Habían venido estos mismo niños bautizados de lejos a buscar a su bienhechora. Es en verdad una maravillosa confirmación de lo antes expuesto.
Comentario
Cuando llegó a mí este documento, por la gracia actual de Dios, creí inmediatamente en la comunicación y enseñanza de Nuestro Señor, la cual no tiene nada en contra de la Revelación ni añade nada a lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre las tres clases del Bautismo cristiano.
·
El
Bautismo de agua: el
más usual (1256, 1257).
·
El
Bautismo de sangre: quien
muere por la fe de Cristo sin haber recibido el Bautismo, (mártires).
· Este Bautismo, como el Deseo del Bautismo, produce los frutos del Bautismo sin ser sacramento (1258). “A los catecúmenos que mueren antes de su Bautismo, el deseo explícito de recibirlo… les asegura la salvación que no han podido recibir por el sacramento” (1259). “Cristo murió por todos… y ofrece a todos la posibilidad de que, de un modo conocido sólo por Dios… todo hombre que ignorando el Evangelio de Cristo y su Iglesia… puede ser salvado, pues se puede suponer que habrían deseado el Bautismo si hubiesen conocido su necesidad” (1260).
* En cuanto a LOS NIÑOS MUERTOS SIN BAUTISMO, la iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia divina… que quiere que todos los hombres se salven (1Tm. 2,4) y la ternura de Jesús con los niños que le hizo decir: “Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis” (Mc. 10,14), nos permite confiar en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo.” (1261).
Y ese “camino de salvación” ¿no podrá ser la presente oración que Nuestro Señor nos enseña en este documento, cuando hay 80 millones al año, de niños que son abortados, y otros (x) millones que mueren de hambre, guerras, enfermedad y eventos? ¿No podrá ser esta revelación privada una ayuda que Nuestro divino Redentor le ofrece a estas víctimas mártires de estes últimos tiempos, como justicia y compensación a no haber podido llegar a nacer, y morir injustamente, procurándoles la unión beatífica con Dios directamente en el cielo, con estas oraciones que “producen los frutos del Bautismo sin ser sacramento?” (1258).
R. P. Rahner, teólogo del Vaticano II, dice: “Las revelaciones privadas no son un lujo para la iglesia, son un imperativo que dice cómo debe comportarse la iglesia en una situación histórica dada”: lo cual está de acuerdo con el Catecismo I.C.: “La revelación privada no mejora o completa la Revelación definitiva de Cristo, sino que la ayuda a vivir más plenamente en una cierta época de la historia.” (67).
Al
Magisterio de la Iglesia y al sentir de los fieles (sensus fidelium) les
corresponde discernir… pero mientras sí y mientras no, aquí está el documento
para quien desde la fe, quiera tomar y practicar estas oraciones a modo de
Bautismo de deseo y emergencia.
TESTIMONIO
Desde 1988 hago a diario estas oraciones para bautizar a los niños que mueren sin Bautismo, haciendo lo que dice Nuestro Señor en el documento; y al decir el nombre, tomo el contador del Santo Rosario y digo o pienso tres nombres de corta pronunciación por cada cuenta, por ejemplo: Jesús, María,l José, y paso una cuenta, Jesús, María, José, y paso otra cuenta, etc…, así paso un contador entero de Rosario (55 cuentas) en un minuto, que multiplicado por tres, son 165 nombres. De esta forma doy varias vueltas al contador del Rosario según el tiempo que puedo dedicar a esta oración, con lo que consigo que cientos y miles de niños (as) que han muerto sin ser bautizados ese día, vayan sus almas al cielo a gozar de Dios y Nuestra Bendita Madre, la cual en algunos momentos me ha animado a perseverar en estas oraciones, a saber:
Una
vez que dejé de practicarlas por falta de tiempo y tener demasiadas oraciones
que hacer, la Madre me avisó a través de una persona en éxtasis (17-1-96)
diciéndome: “Hijo mío, escucha mis Palabras porque quiero que lleguen a tu
corazón… Hay muchos hermanos que necesitan Bautismo, Bautismo no sólo hijo mío,
de agua, también de Amor y de Fe”. Esto fue para mí una confirmación más de la
autenticidad de este documento, pues tal persona no me conocía de nada y nadie
sabía si yo hacía esta oración o no.
En otra ocasión, el (29-1-97) del mismo modo, me dijo: “!Sigue hijo mío! !Sigue haciendo la corona de ángeles a Mi alrededor …, sigue formando esa corona de almas pequeñas que tú atraes hacia Mí, y que forman Mis delicias! !Sigue caminando y no te canses!”.
El
(11-12-99) un sacerdote, le recomendó a una tercera persona que practicaba
estas oraciones, no las hiciera, (lo cual causó en tal sujeto, una pérdida de
la fe en esta revelación privada, además de los muchos niños que se quedaron
sin recibir el Bautismo por este medio y persona). Hablando con Nuestra bendita
Madre en la oración y sobre este punto, entendí que me dijo: No te escandalices
de la fe de ese sacerdote, hijo mío, por el juicio gratuito que ha hecho de ese
documento, pide por él y tantos como él; y tú sigue en la fe que Yo te ha dado,
y sigue practicando esas oraciones por los niños que han muerto sin ser bautizados
de todas las religiones y de todo el mundo, porque a Dios nadie le debe decir
cómo debe actuar con los hombres. Ora por ese sacerdote para que Mi divino Hijo
le de la luz”.
Esto recuerda lo que dice Nuestro Señor en el documento: “Dilo también a mis sacerdotes, que van a contradecirte...” y además confirma, que esas oraciones de Bautismo, no son sólo por los niños de los cristiano, sino de todas las religiones y de todo el mundo. Dice Jesús: “Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y discretos y las revelaste a las gentes sencillas”. (Mt. 11,25)
Últimamente redactando este folleto entendí que nuestra bendita Madre me dice: “Hijo mío, quiero que sepas que las almitas de esos niños muertos sin bautizar están esperando en el Limbo, que alguien con fe les dé el Bautismo de deseo para poder pasar a la Bienaventuranza del Padre Eterno en la Santísima Trinidad”. El que quiera creer que crea, pero con estas oraciones podemos ganar el Cielo para miles de almas, a las que Jesús les podrá decir como al buen ladrón: !Hoy estarás conmigo en el Paraíso! (Lc. 23,43).
Nota: En el documento se recomiendan dos oraciones distintas:
1. Una oración de Bautismo de deseo y emergencia, con agua bendita y diciendo nombres además… que vale para los nacidos ya muertos.
2. Otra oración de Bautismo de Deseo,
más simple, por la Sangre de Cristo y sin agua, que vale para
los que mueren después de nacer sin ser bautizados.
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