Páginas: Novena Inmaculada Concepción

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MAYO MES DE MARÍA

sábado, 26 de enero de 2019

ROSARIO DE LOS 7 DOLORES A LA VIRGEN DOLOROSA


ROSARIO DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES

Primer dolor: 
La profecía del santo anciano Simeón

 Te contemplamos, Dolorida María, en la profecía del Santo Anciano Simeón. Por este dolor te pedimos... (y aquí uno dice su petición)

Padre Nuestro ....

Ave María de la Dolorosa 7 veces:

V. Dios te salve, María, llena de dolores, el Crucificado está contigo, afligida tú eres entre todas las mujeres y dolorido es el fruto de tu vientre, Jesús. 
R. Santa María, Madre del Crucificado: danos lágrimas a los que hemos crucificado a tu Hijo, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre...


SEGUNDO DOLOR:
La huída a Egipto

Te contemplamos, Dolorida María, en la huida a Egipto. Por este dolor te pedimos...
 (y aquí uno dice su petición)

Padre Nuestro ....

Ave María de la Dolorosa 7 veces:

V. Dios te salve, María, llena de dolores, el Crucificado está contigo, afligida tú eres entre todas las mujeres y dolorido es el fruto de tu vientre, Jesús. 
R. Santa María, Madre del Crucificado: danos lágrimas a los que hemos crucificado a tu Hijo, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre...




TERCER DOLOR:
La pérdida del niño Jesús en el templo

Te contemplamos, Dolorida María, en la pérdida del Niño Jesús. Por este dolor te pedimos... (y aquí uno dice su petición)

Padre Nuestro ....

Ave María de la Dolorosa 7 veces:
V. Dios te salve, María, llena de dolores, el Crucificado está contigo, afligida tú eres entre todas las mujeres y dolorido es el fruto de tu vientre, Jesús. 
R. Santa María, Madre del Crucificado: danos lágrimas a los que hemos crucificado a tu Hijo, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre...



CUARTO DOLOR: 
María encuentra a Jesús con la cruz a cuestas

Te contemplamos, Dolorida María, en el encuentro de Jesús mi Redentor, con la cruz. Por este dolor te pedimos... (y aquí uno dice su petición)

Padre Nuestro ....

Ave María de la Dolorosa 7 veces:
V. Dios te salve, María, llena de dolores, el Crucificado está contigo, afligida tú eres entre todas las mujeres y dolorido es el fruto de tu vientre, Jesús. 
R. Santa María, Madre del Crucificado: danos lágrimas a los que hemos crucificado a tu Hijo, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre...



QUINTO DOLOR: 
Crucifixión y muerte de Jesús

Te contemplamos, Dolorida María, en la crucifixión y muerte de mi Divino Maestro. Por este dolor te pedimos... (y aquí uno dice su petición)

Padre Nuestro ....

Ave María de la Dolorosa 7 veces:
V. Dios te salve, María, llena de dolores, el Crucificado está contigo, afligida tú eres entre todas las mujeres y dolorido es el fruto de tu vientre, Jesús. 
R. Santa María, Madre del Crucificado: danos lágrimas a los que hemos crucificado a tu Hijo, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre...



SEXTO DOLOR: 
Descendimiento de Jesús.

Te contemplamos, Dolorida María, en el descendimiento de Jesús. Por este dolor te pedimos.. (y aquí uno dice su petición)

Padre Nuestro ....

Ave María de la Dolorosa 7 veces:

V. Dios te salve, María, llena de dolores, el Crucificado está contigo, afligida tú eres entre todas las mujeres y dolorido es el fruto de tu vientre, Jesús. 
R. Santa María, Madre del Crucificado: danos lágrimas a los que hemos crucificado a tu Hijo, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre...


SÉPTIMO DOLOR: 
La sepultura de Jesús

Te contemplamos, Dolorida María, en la sepultura de Jesús y tu amarga soledad. Por este dolor te pedimos... (y aquí uno dice su petición)

Padre Nuestro ....

Ave María de la Dolorosa 7 veces:
V. Dios te salve, María, llena de dolores, el Crucificado está contigo, afligida tú eres entre todas las mujeres y dolorido es el fruto de tu vientre, Jesús. 
R. Santa María, Madre del Crucificado: danos lágrimas a los que hemos crucificado a tu Hijo, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre...



Al final: 
Por las intenciones del Papa y de las Hermanas de Bethania, Consoladoras de la Virgen Dolorosa: 
Padrenuestro y Tres Avemarías de la Dolorosa.

Ave María de la Dolorosa 3 veces:

V. Dios te salve, María, llena de dolores, el Crucificado está contigo, afligida tú eres entre todas las mujeres y dolorido es el fruto de tu vientre, Jesús. 
R. Santa María, Madre del Crucificado: danos lágrimas a los que hemos crucificado a tu Hijo, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.



  ORACIÓN
  Virgen Santísima de los Dolores, mírame cargando la cruz de mi sufrimiento, acompáñame, como acompañaste a tu Hijo Jesús; eres mi Madre y te necesito. Ayúdame a sufrir con amor y esperanza, para que mi dolor se convierta en un gran bien en las manos de Dios. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.



ORACIÓN FINAL
  Te suplicamos, Señor Jesucristo, que ante tu clemencia interceda por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte, la bienaventurada Virgen María, cuya alma sacratísima fue traspasada por una espada de dolor en la hora de tu Pasión.  Por ti, Jesucristo Salvador del mundo, que con el Padre vives y reinas en unión con el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén

300 días cada vez.


viernes, 25 de enero de 2019

ROSARIO DE LOS 7 DOLORES DE MARÍA - MEDITADO



ROSARIO DE LOS 7 DOLORES DE MARÍA


Como rezar este rosario:

Para continuación encontrará una descripción de este sorprendente rosario, según la misma Virgen María le enseño a Marie-Claire en Kibeho. Puede ser rezado en voz alta o meditado en silencio, solo o con otras personas; la clave es que las oraciones, reflexiones y meditaciones, provengan de las profundidades de su corazón. Es importante que en cada misterio de dolor, se tome un momento para meditar en la magnitud del sufrimiento de María y en el poder de su amor.


Oraciones preparatorias


  Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ven Espíritu Santo, ven por medio de la Poderosa Intercesión del Doloroso y Dulce Corazón Inmaculado de María, tu Amadísima esposa. Amén.


- Oración introductoria: 
Dios mío te ofrezco este rosario para tu Gloria, en honor de tu Santísima Madre, la Virgen Santa, para compartir y meditar en su sufrimiento. Te ruego con humildad que me ayudes a arrepentirme de corazón de mis pecados, sabiduría. Amen.

    - Acto de Contrición:

Oh mi Dios, siento profundamente haberte ofendido y detesto todos mis pecados porque me horroriza la pérdida del cielo y los dolores del infierno; pero, más que nada, porque te he ofendido, Dios mío, tú eres toda bondad y gran merecedor de todo mi amor. Deseo firmemente, con la ayuda de tu gracia, confesar mis pecados, hacer penitencia y enmendar mi vida. Amén.

-- Tres Avemarías para dar gracias a Dios por las lágrimas de nuestra Madre Dolorosa.

    Jaculatoria:
Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los sufrimientos de tu Hijo, Jesús.


PRIMER MISTERIO DOLOROSO
La Profecía de Simeón 
(Lucas 2:22-35)

Cuando se cumplieron los días para la purificación de ellos, según la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor (como está escrito en la Ley del Señor: TODO VARÓN QUE ABRA LA MATRIZ SERÁ LLAMADO SANTO PARA EL SEÑOR), y para ofrecer un sacrificio conforme a lo dicho en la Ley del Señor: UN PAR DE TÓRTOLAS O DOS PICHONES

Allí, el viejo sacerdote Simeón sostuvo al bebé Jesús en sus brazos, mientras el Espíritu Santo inundaba su corazón. Simeón reconoció a Jesús como el Salvador prometido y lo levantó hacia el cielo, dando gracias a Dios, por concederle haber vivido lo suficiente para contemplar al Mesías.
"Ahora tu siervo puede morir en paz, mi Señor", dijo.  Simeón los bendijo, y dijo a su madre María: He aquí, este niño ha sido puesto para la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción 35 (y una espada traspasará aun tu propia alma) a fin de que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.

  La Virgen María, sabiendo que había dado luz al Salvador de la humanidad, comprendió y aceptó de inmediato la profecía de Simeón.  A pesar de sentirse profundamente conmovida por la gracia de haber concebido a Jesús, su corazón permaneció turbado y confuso, porque sabía lo que se había escrito sobre los tormentos y la muerte consecuente del Salvador. Cuando observaba a su Hijo, recordaba constantemente los sufrimientos a los cuales sería sometido, convirtiendo estos en sus propios sufrimientos.

Oración:
Querida Madre María, cuyo corazón sufrió por nuestra causa más allá de lo soportable, enséñanos a sufrir contigo y con amor, y aceptar todo el sufrimiento que Dios considere necesario enviarnos.

Permítenos sufrir, y que nuestro sufrimiento sea conocido solo por Dios, como el tuyo y el de Jesús. No permitas que el mundo vea nuestro dolor si no que se convierta en algo más significativo, cuya finalidad sirva para expiar por los pecados del mundo.

Tu Madre que sufriste con el Salvador de la humanidad, te ofrecemos nuestro sufrimiento y el sufrimiento del mundo, porque somos tus hijos. Une esos sufrimientos a los tuyos y a los de Nuestro Señor Jesucristo, Y luego ofrecerlos a Dios Padre, para que El conozca a su criatura. Eres la Madre más grandiosa del mundo.

 Un Padre Nuestro y 7 Ave Marías...

Jaculatoria:
Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los sufrimientos de tu Hijo, Jesús.


SEGUNDO MISTERIO DOLOROSO
La huida a Egipto
 (Mateo 2:13-15)

Cuando José le revelo las palabras del ángel, María sintió un vuelco en su corazón y gran consternación: debían levantarse rápido y huir a Egipto porque Herodes quería matar a Jesús.

La Virgen apenas tuvo tiempo para decidir qué dejar  y que llevarse; tomó al niño en sus brazos y dejo atrás todo lo demás, precipitándose ante José para apresurarse según los deseo de Dios. Luego dijo: “A pesar de que Dios tiene poder sobre todas las cosas, El desea que huyamos a Egipto con Jesús, Su Hijo. Dios nos mostrara el camino y llegaremos sin ser atrapados por el enemigo."

Como la Virgen era la Madre de Jesús, ella lo amaba más que nadie. Su Corazón estaba profundamente consternado al ver la incomodidad de su pequeño hijo, y sufrió mucho porque este temblaba de frío. A pesar del cansancio, el hambre y el sueño que ella y su esposo sintieron en este largo viaje, la única preocupación de María era la seguridad y la comodidad de su hijo. 


Temía encontrarse frente a frente a los soldados a quienes les habían ordenado matar a Jesús, porque estaba consciente de que el enemigo estaba todavía en Belén. Durante este viaje, su Corazón se mantuvo en constante angustia. También sabía que a donde se dirigían, no encontrarían caras amistosas esperándoles.

Oración:
Querida Madre María, que has sufrido tanto, danos tu valeroso Corazón. Danos la Fortaleza para que seamos valientes como tú y aceptemos con amor el sufrimiento que Dios nos envía en nuestro caminar.

Ayúdanos también a aceptar todo el sufrimiento que nos infligimos a nosotros mismos y el sufrimiento infligido a nosotros por los demás. Madre del Cielo, purifica, en unión con Jesús, nuestro sufrimiento para que podamos glorificar a Dios y salvar nuestras almas.

 Un Padre Nuestro y 7 Ave Marías...

Jaculatoria:
Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los sufrimientos de tu Hijo, Jesús.


TERCER MISTERIO DE DOLOR
Jesús perdido en el Templo 
(Lucas 2:41-52)

Jesús era el único Hijo engendrado por Dios, pero también era el hijo de María. La Virgen amaba a Jesús más que a ella misma porque Él era su Dios. Comparado con otros niños, El era único porque ya vivía siendo Dios. 

Cuando María perdió a Jesús, mientras regresaba de Jerusalén, el mundo se convirtió en algo tan grande y solitario que creyó que no podría seguir viviendo sin Él, tan grande era su dolor. (Ella sintió el mismo dolor que su hijo cuando fue luego abandonado por sus apóstoles durante la Pasión.)

Cuando la Virgen busco ansiosa a su Amado Hijo, un profundo dolor brotó en su corazón. Se culpó a sí misma, preguntándose por qué no lo había cuidado mejor. Cuando sus padres le vieron, se quedaron maravillados; y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos has tratado de esta manera? Mira, tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia.  Entonces Él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿Acaso no sabíais que me era necesario estar en la casa de mi Padre? 


Pero ellos no entendieron las palabras que Él les había dicho. Y descendió con ellos y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y su madre atesoraba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.


Oración:
Querida Madre, enséñanos a aceptar todos nuestros sufrimientos por nuestros pecados y para expiar los pecados del mundo entero.

Un Padre Nuestro y 7 Ave Marías...

Jaculatoria:
Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los sufrimientos de tu Hijo, Jesús.


CUARTO MISTERIO DE DOLOR
María se encuentra con Jesús camino al Calvario
 (Lucas 23:27-31)

María vio a Jesús cargando solo la pesada cruz: la cruz con la que sería crucificado. Notando como su hijo se estaba debilitando por los numerosos azotes recibidos por los garrotes de los soldados, se lleno de angustia al ver su dolor. A pesar de estar sin fuerzas, los soldados continuaban apurándolo y empujándolo. 

El cayo, exhausto, incapaz de levantarse. En ese momento, los ojos de María, tan llenos de amor y compasión, se encontraron con los de su hijo, adoloridos y llenos de sangre. Sus corazones parecían estar compartiendo la misma carga; cada dolor que Él sentía, ella también lo sentía. Ambos sabían que nada se podía hacer excepto creer y confiar en Dios, y entregarle sus sufrimientos a Él. Lo único que podían hacer era dejar todo en manos de Dios.

Oración:
Querida Madre, golpeada duramente por el dolor, ayúdanos a soportar con valor y amor nuestro propio dolor, de manera que podamos aliviar nuestro herido Corazón y el de Jesús. Al hacerlo, que podamos dar Gloria a Dios, quien te entrego a ti y a Jesús a la humanidad. Como tú lo hiciste, enséñanos a sufrir en silencio y con paciencia. Concédenos la gracia de amar a Dios en todas las cosas. Oh, Madre de los Dolores, la más afligida de todas las madres, ten piedad de los pecadores de todo el mundo.

Un Padre Nuestro y 7 Ave Marías...

Jaculatoria:
Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los sufrimientos de tu Hijo, Jesús.


QUINTO MISTERIO DE DOLOR
María permanece al pie de la cruz  
(Juan 19:25-27)

 La Santa Virgen María continúo ascendiendo la montaña hasta el Calvario, siguiendo a Jesús con fatiga y con dolor, no obstante, sufría en silencio. Ella lo vio resbalar y caerse varias veces con la cruz, y fue testigo de los golpes que recibió su Hijo por parte de los soldados, quienes alaban su cabello para obligarlo a mantenerse de pie.

A pesar de su inocencia, cuando Jesús llegó a la cima de Calvario, le ordenaron que confesara frente a la muchedumbre para que pudieran reírse de Él. María sintió profundamente el dolor y la humillación de su Hijo, en particular cuando los que lo atormentaban lo obligaron a quitarse lo que quedaba de sus vestiduras. 

La Virgen sintió su Corazón enfermo a ver como esos tiranos crucificaban a su Hijo desnudo, avergonzándolo terriblemente, solo para divertir y entretener a la muchedumbre. (Jesus y María sentían más profundamente el dolor que la gente común, porque ellos eran santos y sin pecado).

 La Santa Virgen María sintió dolor más allá de lo soportable cuando los miembros del cuerpo de Jesús fueron estirados sobre la cruz. Sus asesinos cantaban alegremente mientras se acercaban a Él con martillos y clavos. Se sentaron pesadamente sobre Él para que nos e pudiera mover cuando lo clavaron al madero. Mientras martillaban los clavos, perforaban su carne mientras rasgaban el cuerpo de su Hijo. Su vida se le escapaba ante ella.

Cuando los soldados levantaron la cruz, para luego dejarla caer dentro del agujero que habían cavado, la sacudieron intencionalmente con fuerza causando que el peso del cuerpo de Jesús desgarrara la carne de sus manos hasta los huesos. El dolor atravesaba su cuerpo como fuego líquido. Allí padeció tres horas de tortura clavado en la cruz, aunque el dolor físico no era nada comparado con el agonizante dolor que tuvo que padecer al ver el sufrimiento de su Madre a sus pies. Afortunadamente, murió al fin.

Oración:
Querida Madre, Reina de los Mártires, danos el valor que tuviste en todos tus sufrimientos para que podamos unir nuestros sufrimientos a los tuyos y demos gloria a Dios. Ayúdanos a seguir sus mandamientos y los de la Iglesia, de manera que el sacrificio de Nuestro Señor no sea en vano, y que todos los pecadores del mundo sean redimidos.

Un Padre Nuestro y 7 Ave Marías...

Jaculatoria:
Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los sufrimientos de tu Hijo, Jesús.


SEXTO MISTERIO DE DOLOR
María recibe el cuerpo sin vida de Jesús en sus brazos (Juan 19:38-40)

Los Amigos de Jesús, José y Nicodemo, bajaron su cuerpo de la cruz y lo colocaron en brazos de la Virgen. Ella lo lavo con profundo respeto y amor porque era su Madre. Sabía mejor que nadie que El era Dios encarnado, que había tomado un cuerpo humano, para convertirse en el Salvador de la humanidad.

María miraba las terrible heridas de los azotes que Jesús había recibido donde Pilatos. Su carne había sido destrozada y largas tiras habían sido arrancadas de  su espalda. Todo su cuerpo estaba tan lacerado que las heridas abiertas recorrían su cuerpo desde la cabeza hasta los dedos de los pies. 

María se dio cuenta de que las heridas de los clavos eran menos severas que las causadas por los azotes y por el peso de la cruz. Estaba horrorizada al pensar que su Hijo había logrado cargar la pesada y astillada cruz todo el camino hasta el Calvario. 

Vio el círculo de sangre que la corona de espinas dejo en su frente y, para su horror, descubrió que muchas de las punzantes espinas, habían perforado tan profundamente su cráneo, que habían logrado penetrar su cerebro. Observando a su devastado hijo, la madre supo que la agonía de su muerte había sido mucho peor que la tortura reservada para el criminal más malvado del mundo. 

Mientras limpiaba su maltratado cuerpo, visualizo cada etapa de su corta vida, recordando cuando vio por primera vez su carita de recién nacido, cuando ambos yacían en el pesebre, y cada día, hasta aquel desgarrador momento en que ella bañaba con delicadeza su cuerpo sin vida. Su angustia era implacable mientras preparaba a su Hijo y Señor para su entierro, pero permaneció valiente y fuerte, convirtiéndose en la verdadera Reina de los Mártires. 

En el momento en que lavaba a su hijo, rezo par que todos conocieran las riquezas del Paraíso y entraran a las Puertas del Cielo. Rezo para que todas las almas acogieran el amor de Dios, de manera que la tortura y muerte de su Hijo beneficiará a toda la humanidad y no fueran en vano. María rezo por el mundo; rezo por todos nosotros.

Oración:
Te damos gracias, Querida Madre, por tu valor mientras estuviste ante la cruz, a los pies de tu hijo moribundo, para consolarlo. Cuando nuestro Salvador lanzó su último suspiro tú te convertiste en una madre maravillosa para todos nosotros; te convertiste en la Madre Santa del mundo. Sabemos que nos amas más que nuestros padres terrenales. 

Te imploramos que seas nuestra defensora ante el trono de la misericordia y la gracia, para que verdaderamente nos convirtamos en tus hijos. Te damos gracias por Jesús, nuestro Salvador y Redentor, y le damos las gracias a Jesús por habernos dado una Madre como tú. Madre, por favor ruega por nosotros..

Un Padre Nuestro y 7 Ave Marías...

Jaculatoria:
Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los sufrimientos de tu Hijo, Jesús.


SÉPTIMO MISTERIO DE DOLOR
Jesús es colocado en la tumba 
(Juan 19:41-42)

La vida de la Virgen María estaba tan vinculada a la de Jesús que ella pensó que ya no había razón para seguir viviendo. Su única Consuelo era que con su muerte había terminado su inefable sufrimiento. Nuestra Madre Dolorosa, con la ayuda de Juan y las santas mujeres, colocaron con devoción el cuerpo de Jesús en el sepulcro, y lo dejaron allí como si fuera cualquier muerto. 

Se fue a su casa con grande y terrible dolor; por primera vez estaba sola, sin Él, y su soledad era una nueva y amarga fuente de dolor. Su Corazón había empezado a morir desde que el Corazón de su hijo había dejado de latir, pero estaba segura de que Nuestro Salvador iba a resucitar pronto.

Oración:
Amadísima Madre, tu belleza sobrepasa la de todas las madres, madre de Misericordia Madre de Jesús, y Madre de todos nosotros, somos tus hijos y depositamos toda nuestra confianza en ti. Enséñanos a ver a Dios en todas las cosas y en todas las situaciones, incluso en nuestro sufrimiento, y también a conocer su propósito según la intención de Dios.

Tú misma fuiste concebida sin pecado, fuiste preservada del pecado, sin embargo, sufriste más que nadie. Aceptaste el sufrimiento y el dolor con amor y valentía inconcebibles. 
Te mantuviste junto a tu Hijo desde el momento en que fue arrestado hasta que murió. Sufriste junto a Él, sentiste cada dolor y tormento que El sintió. Cumpliste con la voluntad de Dios Padre; y según Su voluntad te uniste a la misión Salvadora de Jesús. 

Te rogamos, querida Madre, que nos enseñes a ser como Jesús; a aceptar nuestra cruz con valor. Confiamos en ti, Madre Misericordiosa, enséñanos a sacrificarnos por todos los pecadores del mundo. Ayúdanos a seguir las huellas de tu Hijo e incluso a estar dispuestos a dar nuestras vidas por los demás.

Un Padre Nuestro y 7 Ave Marías...


Jaculatoria:
Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los sufrimientos de tu Hijo, Jesús.



Oración Final: 
Reina de los Mártires, tú que has padecido tanto, te ruego, por los méritos de las lágrimas que derramaste en estos terribles y dolorosos momentos, que obtengas para mí, y todos los pecadores del mundo, la gracia de la sinceridad completa y el arrepentimiento. Amén.

Repita tres veces:
María, concebida sin pecado, habiendo sufrido por nosotros, R. ruega por nosotros. 



martes, 8 de enero de 2019

CORONA DE AMOR AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


CORONA DE AMOR AL CORAZÓN
INMACULADO DE MARÍA SANTÍSIMA
Para que haya Amor en el Mundo

Esta Corona se compone de 7 Alegrías
Las cinco primeras Alegrías se recogen de los 5 Misterios Gozosos y las 2 últimas alegrías, cuarto y quinto de los Misterios Gloriosos.

Por cada Alegría, se hace una "PETICIÓN"[según la necesidad de cada persona], a la Santísima Virgen y se reza: Una Salve y 10 jaculatorias 

• Nos ponemos en la presencia de Dios.....


INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
* Ven Espíritu Santo, ven, ven por medio de la poderosa intercesión, del doloroso y dulce corazón Inmaculado de María tu amadisima esposa. Amén. (Repetir 3 veces)

* ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo. Para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la redención del mundo. Señor mío y Dios mío Jesucristo: Por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón, y me ofrezco contigo al Padre en tu santo sacrificio del altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, nuestro Obispo y sus intenciones y nuestro párroco y sus intenciones. AMÉN

ORACIÓN DE LIMPIEZA CON LA SANGRE 
DEL CORDERO DE DIOS 
Oh Sangre del cordero de Dios:
Aparta de mi mente todo mal pensamiento, purifica mis acciones y movimientos.

Que tu Sangre Señor Jesús, limpie la oscuridad que hay en mi mente y me libere de toda mal acción y pensamiento.

Oh Sangre del cordero de Dios: Derramada en la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, filtrate por mi mente y destruye todo mal pensamiento y toda falsa imaginación, que el enemigo de mi alma quiere ponerme para robarme la paz. 

Que el escudo de tu Sangre redentora Señor Jesús, proteja mi mente y mis pensamientos de todo dardo incendiario del maligno. Te lo pido Sangre Divina, se mi amparo y protección en todos mis caminos. Amén.


ORACIÓN AL SANTO ÁNGEL DE LA GUARDA
Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.

Aunque espíritu invisible, se que te hallas a mi lado, escucha mis oraciones y cuenta todos mis pasos.

En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho tus alas de nácar y oro.

Ángel de Dios, que yo escuche tu mensaje y que lo siga, que vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo envía.

Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía.

En presencia de los Ángeles, suba al cielo nuestro canto: gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Amén.


Oración a San José. 
Protector de las familias

San José, queremos poner bajo tu protección a nuestra familia, para que cada uno de nosotros viva en la fidelidad al Espíritu en la escucha y cumplimiento de la palabra de Dios. Sé para nosotros el modelo del amor desinteresado, que busca en primer lugar la felicidad de mi familia.

  Glorioso San José, protector, modelo y guía de las familias cristianas: Te ruego protejas a la mía. Haz reinar en ella el espíritu de fe y de religión, la fidelidad a los mandamientos de Dios y de la Iglesia, la paz y la unión de los hijos, el desprendimiento de los bienes temporales y el amor a los asuntos del cielo.

Dígnate velar sobre todos nuestros intereses. Ruega al Señor que bendiga nuestra casa. Otorga la paz a la familia, acierto a los hijos en la elección de estado. Concede a todos los miembros de nuestra familia y de todas las familias de la tierra, la gracia de vivir y morir en el amor de Jesús y de María. Amén.

V. San José, protector  nuestro y de la Sagrada Familia,
R. Ruega por nosotros y por nuestras familias. Amén.


ORACIÓN AL INMACULADO
 CORAZÓN DE MARÍA
 Oh Corazón Inmaculado de María, generoso y magnánimo como de Reina, amoroso y compasivo como de Madre!: oíd los suspiros del último de vuestros hijos que confiado acude a depositar en Vos los sentimientos y aspiraciones de su alma. Corazón de María, perfecta imagen del Corazón de Jesús, haced que nuestros corazones sean semejantes a los vuestros. Amén.

 Dijo el Señor a la Beata María Encarnación:
"Pídeme por el Corazón de mi Madre, y alcanzarás lo que deseas"

+ Señal de la cruz y el rezo de un
Credo, Un Padre Nuestro, tres Ave Marías y un gloria.

EL SÍMBOLO NICENO-CONSTANTINOPOLITANO 
- Creo en un solo Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. 

 Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con él Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. 
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

PADRE NUESTRO
V. Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea Tu Nombre;  venga a nosotros Tu reino; hágase Tu voluntad, en la tierra como en el Cielo.
R. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.  Amén.

AVE MARÍA 
V. Dios te Salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén (X 3 veces).

GLORIA:
V. Toda la gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.


ALEGRÍAS DE LA CORONA DE AMOR:


1ª. Alegría: 
La Encarnación del Hijo de Dios

EXPRESEN SU PETICIÓN PERSONAL....

Y POR TODOS LOS PADRES QUE ESPERAN UN HIJO Y POR LOS QUE LO DESEEN, PARA QUE DIOS LES CONCEDA ESA GRACIA.

(Una Salve y 10 jaculatorias como la siguiente):

SALVE
        Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Jaculatoria x 10 veces:
G. Corazón Inflamado del Amor de Jesús,
R. Inflama nuestros corazones.

Al finalizar las 10 jaculatorias:
G. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en el Principio, ahora y siempre por los Siglos de los siglos. Amén

V. «SEA  AMADO Y ADORADO EN TODO MOMENTO JESÚS,
R. EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO».

G. Dulcísimos Corazones de Jesús y María,
R. Misericordia tened, y salvad el alma mía. Amen


2ª. Alegría: 
La visita de María a su prima Isabel

EXPRESEN SU PETICIÓN PERSONAL....

Y POR LOS POBRES, LOS INDIGENTES, LOS NIÑOS QUE VIVEN EN LAS CALLES. POR LOS MAS POBRES DEL MUNDO LOS QUE NO TIENEN EL AMOR DE JESÚS. Y PARA QUE HAYA CARIDAD CON LOS MÁS NECESITADOS.

(Una Salve y 10 jaculatorias como la siguiente):

SALVE
        Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Jaculatoria x 10 veces:
G. Corazón Inflamado del Amor de Jesús,
R. Inflama nuestros corazones.

Al finalizar las 10 jaculatorias:
G. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en el Principio, ahora y siempre por los Siglos de los siglos. Amén

V. «SEA  AMADO Y ADORADO EN TODO MOMENTO JESÚS,
R. EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO».

G. Dulcísimos Corazones de Jesús y María,
R. Misericordia tened, y salvad el alma mía. Amen.


3ª. Alegría: 
El Nacimiento del Niño Jesús en el Portal de Belén

Expresen sus intenciones personales......

Y Para destruir el mal del aborto en el mundo entero.

Querido Niño Jesús.
Te pedimos por todos los niños no nacidos de este mundo, y por todos los que no nacerán por causa del egoísmo. 
Bautízalos por los méritos de tu Sangre preciosa derramada en la Cruz y llévalos al Cielo.
Ilumina el corazón de todos los que promueven el aborto para que entiendan que solo Dios es el dueño de nuestras vidas. Te lo pedimos junto con María tu Madre, y Madre de todos nosotros los pecadores. Amén

(Una Salve y 10 jaculatorias como la siguiente):

SALVE
        Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Jaculatoria x 10 veces:
G. Corazón Inflamado del Amor de Jesús,
R. Inflama nuestros corazones.

Al finalizar las 10 jaculatorias:
G. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en el Principio, ahora y siempre por los Siglos de los siglos. Amén

V. «SEA  AMADO Y ADORADO EN TODO MOMENTO JESÚS,
R. EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO».

G. Dulcísimos Corazones de Jesús y María,
R. Misericordia tened, y salvad el alma mía. Amen



4ª. Alegría: 
La Purificación de Nuestra Señora y Presentación de Jesús en el Templo

EXPRESE SU INTENCIÓN PERSONAL...

Y Por cada uno de los gobiernos de nuestros países y por la paz en tierra Santa.

Padre, te presento las necesidades de nuestro gobierno, y te pido que bendigas nuestra nación a través de líderes piadosos. Glorifico el nombre de Jesús, y declaro que Él es el Señor de nuestra nación.Amén.

(Una Salve y 10 jaculatorias como la siguiente):

SALVE
        Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Jaculatoria x 10 veces:
G. Corazón Inflamado del Amor de Jesús,
R. Inflama nuestros corazones.

Al finalizar las 10 jaculatorias:
G. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en el Principio, ahora y siempre por los Siglos de los siglos. Amén

V. «SEA  AMADO Y ADORADO EN TODO MOMENTO JESÚS,
R. EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO».

G. Dulcísimos Corazones de Jesús y María,
R. Misericordia tened, y salvad el alma mía. Amen


5ª Alegría:
 El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo

EXPRESE SU INTENCIÓN PERSONAL...
Y Por las vocaciones sacerdotales

Corazón Inmaculado de María, Esperanza nuestra, glorioso San José Padre nutricio del Salvador, y todos los Ángeles y Santos de Dios, interceded con vuestras súplicas para que seamos dignos de recibir los sacerdotes que necesitamos. Así sea. 

(Una Salve y 10 jaculatorias como la siguiente):

SALVE
        Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Jaculatoria x 10 veces
G. Corazón Inflamado del Amor de Jesús,
R. Inflama nuestros corazones.

Al finalizar las 10 jaculatorias:
G. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en el Principio, ahora y siempre por los Siglos de los siglos. Amén

V. «SEA  AMADO Y ADORADO EN TODO MOMENTO JESÚS,
R. EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO».

G. Dulcísimos Corazones de Jesús y María,
R. Misericordia tened, y salvad el alma mía. Amen


6ª. Alegría: 
La Asunción de la Santísima Virgen en Cuerpo y Alma a los Cielos

EXPRESE SU INTENCIÓN PERSONAL...

Y Por las necesidades de todos los que rezan esta corona y por todas las familias del mundo.

(Una Salve y 10 jaculatorias como la siguiente):

SALVE
        Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Jaculatoria x 10 veces:
G. Corazón Inflamado del Amor de Jesús,
R. Inflama nuestros corazones.

Al finalizar las 10 jaculatorias:
G. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en el Principio, ahora y siempre por los Siglos de los siglos. Amén

V. «SEA  AMADO Y ADORADO EN TODO MOMENTO JESÚS,
R. EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO».

G. Dulcísimos Corazones de Jesús y María,
R. Misericordia tened, y salvad el alma mía. Amen.

7ª. Alegría:
 La Coronación de María Santísima como Reina y Señora de todo lo creado....

EXPRESE SU INTENCIÓN PERSONAL...

Y por las benditas almas del purgatorio especialmente las más necesitadas de la misericordia del Señor, por el alma que nadie reza y por las almas de nuestros familiares difuntos

 ¡Oh dulcísimo Jesús!, por los dolores de vuestra agonía en la cruz. Tened piedad de las almas del Purgatorio.

(Una Salve y 10 jaculatorias como la siguiente):

SALVE
        Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Jaculatoria x 10 veces:
G. Corazón Inflamado del Amor de Jesús,
R. Inflama nuestros corazones.

Al finalizar las 10 jaculatorias:
G. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en el Principio, ahora y siempre por los Siglos de los siglos. Amén

V. «SEA  AMADO Y ADORADO EN TODO MOMENTO JESÚS,
R. EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO».

G. Dulcísimos Corazones de Jesús y María,
R. Misericordia tened, y salvad el alma mía. Amen


COMUNIÓN ESPIRITUAL
(De San Alfonso María de Ligorio)

Creo, Jesús mío, que estáis realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. 
Os amo sobre todas las cosas y deseo recibiros en mi alma. Pero como ahora no puedo recibiros sacramentado, venid a lo menos espiritualmente a mi corazón. 

Pausa en silencio para adoración.......

Como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno todo a Vos. No permitáis, Señor, que jamás me separe de Vos.

Eterno Padre os ofrezco la Sangre, el Alma, el Espíritu, el Cuerpo y la Divinidad preciosísima de Tu Hijo Jesús en expiación de mis pecados, los pecados del mundo entero y las necesidades de nuestra Santa Iglesia Católica. Amén.


ORACIÓN A JESÚS CRUCIFICADO
Mírame, Oh mi amado y buen Jesús, postrado ante tu Divina Presencia. Te ruego con el mayor fervor imprimas en mí vivos sentimientos de Fe, Esperanza y Caridad; verdadero dolor por mis pecados y propósito firmísimo de jamás ofenderte; mientras yo con todo el amor de que soy capaz, contemplo tus Cinco Llagas, recordando lo que ya decía de Ti el profeta David, ” Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos”. Amén.


 INTENCIONES POR EL SANTO PADRE:
Santísima Madre; colocamos en tu Corazón Inmaculado, el valor de la indulgencia plenaria que la Iglesia nos permite ganar con el Santo Rosario,  orando por las intenciones del Santo Padre y las de la Santa Iglesia Católica....

Un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.


ORACIÓN PARA SALVAR MIL ALMAS DEL PURGATORIO

"Oh Padre Eterno, os ofrezco la más preciosa Sangre de vuestro Divino Hijo, Jesús, unido a las Misas celebradas hoy alrededor del mundo, por:
Todas las santas almas del Purgatorio.
Por los pecadores en todas partes.
Por los pecadores en la Iglesia Universal.
Los de mi propio hogar y dentro de mi familia. Amén.


LETANÍA AL INMACULADO CORAZÓN  DE MARÍA

1.Señor, ten misericordia de nosotros. (se repite)

2.Cristo, ten misericordia de nosotros. 

3.Señor, ten misericordia de nosotros. 

4.Cristo, óyenos.

5.Cristo, escúchanos. 

6.V. Dios, Padre celestial. 
R. Ten misericordia de nosotros

7.V. Dios Hijo Redentor del mundo 

8.V. Dios Espíritu Santo

9.V. Trinidad Santa, un solo Dios 

*10.Santa María, Corazón Inmaculado de María, 
R. Ruega por nosotros

11.Corazón de María, lleno de gracia 

12.Corazón de María, vaso del amor más puro 

13.Corazón de María, consagrado íntegro a Dios 

14.Corazón de María, preservado de todo pecado 

15.Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad 

16.Corazón de María, delicia del Padre en la Creación 

17.Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención 

18.Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo 

19.Corazón de María, abismo y prodigio de humildad 

20.Corazón de María, Mediadora de todas las Gracias 


*21.Corazón de María, latiendo al unísono con el Corazón de Jesús 

22.Corazón de María, gozando siempre de la visión beatífica 

23.Corazón de María, holocausto del amor divino 

24.Corazón de María, abogado ante la justicia divina 

25.Corazón de María, traspasado de una espada 

26.Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados

27.Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo 

28.Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo. 

29.Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús.

*
30.Corazón de María, fortaleza de los cristianos. 

31.Corazón de María, refugio de los perseguidos. 

32.Corazón de María, esperanza de los pecadores 

33.Corazón de María, consuelo de los moribundos 

34.Corazón de María, alivio de los que sufren 

35.Corazón de María, lazo de unión con Cristo 

36.Corazón de María, camino seguro al Cielo 

37.Corazón de María, prenda de paz y santidad 

38.Corazón de María, vencedora de las herejías 

39.Corazón de María, de la Reina de Cielos y Tierra

40.Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia.

*
41. Cordero de Dios,  que quitas el pecado del mundo, R. - Perdónanos Señor.

42. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, R. - Escúchanos Señor.

43. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, R. - Ten misericordia de nosotros.

ORACIÓN:
  Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conformes a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, Nuestro Señor. Amen.


*La Promesa del Inmaculado Corazón de María
"...Todos aquellos que durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen cinco decenas del Rosario y me hagan quince minutos de compañía meditando sobre los quince misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación...". (Nuestra Señora a Lucía de Fátima)

  *Esta es historia del contexto en que Nuestra Señora realiza la Promesa
El 10 de diciembre de 1925, la Santísima Virgen se le apareció a Lucía de Fátima, y a su lado, suspenso en una nube luminosa, estaba el Niño Jesús. La Santísima Virgen puso su mano en el hombro de Lucía, y mientras lo hacía, le mostró un Corazón rodeado de espinas que ella tenía en la otra mano.

*Al mismo tiempo, el Niño Jesús le dijo:
"Ten pena del Corazón de tu Santísima Madre, que está cubierto de espinas, que los hombres ingratos en cada momento le clavan, sin haber quien haga un acto de reparación para quitarselas".

*Luego la Santísima Virgen le dijo:
“Mira Hija mía, mi corazón rodeado de espinas, que los hombres ingratos en cada momento le clavan con blasfemias e ingratitudes.  Tú, al menos, haz por consolarme, y dí que a todos aquellos que durante cinco meses, en el  primer sábado, se confiesen, reciban la sagrada comunión, recen cinco decenas del rosario y me hagan quince minutos de compañía meditando sobre los quince misterios del rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación”.


CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN
 INMACULADO DE MARÍA

 *  Yo Me entrego, Madre, a Tu protección y a Tu guía; no deseo caminar solo en medio de la tempestad de este mundo. Ante Ti me presento, Madre del Divino Amor, con mis manos vacías, pero con mi corazón colmado de amor y esperanza en Tu intercesión. Te ruego me enseñes a amar a la Santísima Trinidad con Tu mismo Amor, para no ser indiferente a sus llamados ni indiferente a la humanidad.

Toma mi mente, mi pensamiento, mi consciente e inconsciente, mi corazón, mis deseos, mis expectativas, y unifica mi ser en la Voluntad Trinitaria, como lo hiciste Tú, para que la Palabra de Tu Hijo no caiga en terreno árido.

Madre, unido (angel) a la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo: sangrante y despreciado en este instante de oscuridad, elevo a Ti mi voz suplicante para que la discordia entre los hombres y los pueblos sea aniquilada por Tu Amor Materno.

 SOLEMNEMENTE TE CONSAGRO HOY, MADRE SANTÍSIMA, TODA MI VIDA DESDE MI NACIMIENTO. CON PLENO USO DE MI LIBERTAD, RECHAZO AL DEMONIO Y SUS MAQUINACIONES Y ME ENTREGO A TU INMACULADO CORAZÓN. TÓMAME DE TU MANO DESDE ESTE INSTANTE, Y A LA HORA DE MI MUERTE, PRESÉNTAME ANTE TU DIVINO HIJO.

 Permite Madre de Bondad, que esta mi consagración sea llevada en manos de los Ángeles a cada corazón para que se repita al infinito en cada criatura humana. Amén. 

DEVOCIÓN DE LAS TRES AVEMARÍAS

¡María, Madre mía; líbrame de caer en pecado mortal!
1- Por el Poder que te concedió el Padre Eterno. (rezar un Avemaría)

2- Por la Sabiduría que te concedió el Hijo. 
(rezar un Avemaría)

3- Por el Amor que te concedió el Espíritu Santo. (rezar un Avemaría)  

V. ¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén!"

Todos. ¡Oh María, por tu Inmaculada Concepción,
 purifica mi cuerpo y santifica mi alma!


JACULATORIAS.
- Honor y gloria a los sagrados corazones de Jesús y de María. R. Amén (3 veces)

- San José Bendito, Santa Margarita María de Alacoque, Santa Faustina y los pastorcitos de Fátima. R. Rogad por nosotros

– No olviden, llamen a María, en desolación, tentación, peligro, muerte inminente, etc. Llamen a María, llamen a María, llamen a María. AMÉN.

ORACIÓN DE BENDICIÓN

DULCE MADRE, NO TE ALEJES; TU VISTA DE
NOSOTROS NO APARTES; VEN CON NOSOTROS A TODAS PARTES Y SOLOS NUNCA NOS DEJES; Y YA QUE NOS AMAS TANTO COMO VERDADERA MADRE QUE ERES. CUBRENOS CON TU MANTO Y HAZ QUE NOS BENDIGA EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO. AMÉN.

V: AVE MARÍA PURÍSIMA.
R: SIN PECADO ORIGINAL CONCEBIDA Y SIEMPRE VIRGEN, HIJA DE SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA, ES, MARÍA SANTÍSIMA.